Quienes tenemos seres queridos que todavía reenvían cadenas de mensajes como si fuera 1995 seguramente hemos recibido alguna variante del meme católico del pesebre (o belén) que termina vacío para ser suficientemente incluyente:
Este es el belén de este año, más inclusivo y laico:
No hay animales para evitar problemas relacionados con el maltrato.
María fue eliminada porque las feministas creen que la imagen de la mujer no puede ser explotada.
José, el carpintero, no está presente porque el sindicato no le permite trabajar en un día festivo.
El Niño Jesús está considerando si quiere ser niño, niña o algo más.
En cuanto a los Reyes Magos, podrían considerarse inmigrantes ilegales.
Ni siquiera hay un ángel, para no molestar a ateos, musulmanes y seguidores de otras religiones.
Finalmente se eliminó la paja por riesgo de incendio y por incumplimiento de la norma europea NF X 08-070.
La cabaña, sin embargo, fue aprobada, ya que está hecha de madera reciclada procedente de bosques gestionados según las normas medioambientales
A primera vista, esto sólo sería un tonto chiste navideño para reírnos todos de los límites insospechados a los que supuestamente ha llegado la sociedad. ¿Por qué escribir sobre una boba cadena de WhatsApp? ¡Achaquémoslo al espíritu navideño y que ya era hora de revivir esta serie! Bueno, y también porque este meme tiene varios niveles de lectura, o capas; y aunque la primera es que es un chiste facilón, que normalmente no ameritaría todo un post, a medida que pasamos de capa, el mérito se va acumulando.
El segundo nivel de lectura, por ejemplo, sería que resulta curioso que a las personas que se atiborran con lemas de “amor al prójimo” y tales, les parezca tan absolutamente normal ver a otros como inferiores que, literalmente, no pueden hacer otra cosa que invisibilizarlos ante la sugerencia de tenerles un poquito más de consideración.
La tercera capa es que cada vez que alguien hace un pesebre verdaderamente alternativo —como el de dildos— o realmente un poco más incluyente —como el de dos Josés—, salen los copos de nieve católicos a lloriquear porque alguien arme la casa de muñecas de su cuento de hadas de manera diferente supuestamente para adelantar una agenda política. Aunque, eso sí: ahora ellos mismos no tienen empacho en cambiar el establo de juguete para adelantar su agenda política, y quejarse de que poblaciones históricamente marginadas y oprimidas ya no lo sean tanto, y la sociedad las trate con algo más de dignidad.
Y para completar, como buenos cristianos, lo hacen posando como si los oprimidos fueran ellos. Yo me haría ver ese delirio de persecución lo más pronto posible. Lo cierto es que nadie les está diciendo cómo armar el pesebre en sus casas, así como ellos no tienen por qué dictarle a los demás cómo armar los suyos.
Ya por último, la capa final es esa de blandir la religión como sustituto de una crítica social o cultural, que es esa manía de decir que la sociedad va mal encaminada simplemente porque no se ajusta a los criterios de su superstición. Pura nostalgia de teocracia.
Si alguien quiere hacer el argumento de por qué está bien explotar la imagen de las mujeres (lo que eso signifique), o que los carpinteros no descansen en festivos, o que hay que abolir las regulaciones que impiden que las llamas consuman edificios, está bien: ¡pero hagan ese argumento! Pretender que el ejercicio de su culto se ha visto impactado sustancialmente porque sería imposible armar su caballeriza de Lego si tuvieran en cuenta algunas normas sociales o se ajustaran a las regulaciones de construcción, no es ningún tipo de argumento — es simplemente fingir opresión y simular que se ha argumentado satisfactoriamente contra las reglas de organización social que hemos establecido poco a poco durante los últimos 2000 años y que nos permiten vivir por más tiempo con mayor calidad de vida y mejores explicaciones del mundo a nuestro alrededor… la más de las veces, en contravención de los dictados religiosos.
El punto es que organizar una sociedad es un tema varios órdenes de magnitud más complejo que simplemente vivamos de tal forma que una mujer embarazada pueda dar a luz en un cobertizo en cuestionables condiciones de salubridad. De igual forma, podrían haber hecho el meme despotricando contra la epidural, la cesárea, la licencia de maternidad y las vitaminas prenatales, y que no lo hayan hecho es casi como si el meme realmente se tratara de expresar malestar porque las poblaciones que ven como inferiores no se quedan en su lugar; molestos con que la sociedad le abra espacio a ateos, musulmanes y que los niños puedan explorar y expresar su identidad de género tranquilamente. Y de paso quejarse de un supuesto exceso de regulaciones con cosas draconianas como no poder usar ingredientes inflamables en construcción.
Cualquiera diría que el pesebre vacío realmente sólo es una excusa para expresar su desasosiego ante una sociedad más pluralista y responsable que la que había en Medio Oriente hace 2000 años bajo dominio romano. ¿Qué era eso de que la religión hace mejores a las personas?
Otras entradas en la serie de memes cristianos incluyen:
Si tienen una sugerencia de algún otro meme cristiano para la serie, la sección de comentarios está abierta.