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La confusión de la mente moderna: Parte II

Esta es una traducción libre del artículo The Muddling of the American Mind: Part II, por Andy Lewis. El artículo fue publicado en Quackometer el 22 de marzo de 2023



Esta es la Parte II de un análisis de la afirmación de Steven Novella de que “no es científicamente controvertido” que [el sexo] no sea un “binario” de masculino y femenino, sino una “distribución bimodal”. (Aquí la Parte 1)

En resumen, ¿es el sexo una categoría discreta, objetiva y comprensible, o es más bien continua y distribuida, y sólo se caracteriza de formas bastante arbitrarias?

Ya vimos en la Parte I que la afirmación de que el sexo es bimodal sólo se sustenta en afirmaciones y confusiones conceptuales sobre estadística y biología. Hemos visto que la evolución sólo ha producido dos sexos distintos, y que cada sexo se define en relación con una función reproductiva en torno a un tipo de gametos. La existencia de diversas mutaciones y condiciones cromosómicas sigue dando lugar a personas que son inequívocamente masculinas o femeninas en su desarrollo. La evolución ha garantizado que el desarrollo coherente del sexo sea muy robusto. Hay un puñado de casos de auténtico desarrollo sexual mixto en las personas. La mayoría sigue mostrando una anatomía predominantemente masculina o femenina. Estos pocos casos no pueden utilizarse para crear esta “distribución bimodal”.

La conceptualización que Novella hace del sexo no es científica. Esta se asemeja más a una concepción del sexo basada en la “biología popular” que en la evolución, la reproducción y el desarrollo. Novella incluso rechaza explícitamente conceptualizar el sexo sobre la base de la biología reproductiva. La idea de que “el sexo es bimodal” carece de poder explicativo y predictivo científico. No se hace ningún intento de caracterizarlo formalmente para que así los biólogos o los médicos puedan captar datos sobre el “sexo” y utilizarlos en alguna investigación. Es una idea que carece de todo fundamento empírico formal. Es un concepto que sólo existe fuera de la biología como reivindicación social y política. Podríamos tener la tentación de perdonar a Novella y ver sus opiniones como producto del chovinismo de un médico que sólo necesita preocuparse por la biología en el contexto de los seres humanos y vista a través de la perspectiva de la enfermedad, la disfunción y los trastornos. Pero Novella se declara defensor del pensamiento crítico y de la ciencia, así que debemos juzgarle según ese rasero. No tiene buena pinta.


Pero para continuar. Había mucho más en el post de Steven Novella que sólo la biología del desarrollo del sexo. Él habló de cómo otros factores podrían crear una distribución bimodal del sexo. Estos factores incluyen la identidad, la sexualidad, la expresión, el comportamiento y la función cerebral. Esta segunda parte explorará estas cuestiones.

Una vez más, pónganse el cinturón. El nivel de incoherencia y confusión está aumentando. Nos adentramos en el mundo del género.

La confusión entre sexo y orientación sexual

Novella nos dice que

Años de investigación han llevado a la conclusión de que la orientación sexual entre los seres humanos es simplemente más fluida que los conceptos estrictamente binarios de la vieja escuela.

Años de investigación han llevado a la conclusión de que la orientación sexual entre los seres humanos es simplemente más fluida que los conceptos estrictamente binarios de la vieja escuela. Las personas son heterosexuales, homosexuales, bisexuales, pansexuales (los sentimientos románticos no tienen en cuenta el sexo ni el género), asexuales y todo lo que hay de por medio. No creo que nadie pueda defender hoy razonablemente la postura de que la orientación sexual es estrictamente binaria y que cualquier desviación es patológica.

Aunque no estoy seguro de que alguien afirme que la orientación sexual es estrictamente binaria, podríamos estar de acuerdo con Steven en este punto. Donde se pasa de la raya es cuando afirma: “Yo consideraría que la orientación sexual forma parte del sexo biológico” y utiliza los aspectos polifacéticos de la orientación sexual para afirmar que el sexo no puede ser binario.

¿Qué significa esto para nuestra cuestión del sexo binario frente al bimodal? Creo que deja bastante claro que el sexo biológico no es estrictamente binario, porque podemos ver cualquier combinación de características sexuales morfológicas y orientación sexual; no se puede saber la orientación sexual de alguien mirando sus genitales.

¿Qué?

¿Quién lo dice?

Nuestra orientación sexual forma parte de nuestra sexualidad y comportamiento sexual. La vida sexualmente reproductiva temprana no habrá necesitado un comportamiento y una orientación sexuales ya que probablemente era inmóvil. No hay tal cosa como un alga gay. Un coral cuerno de alce no necesita una orientación sexual. Un pólipo de coral macho puede lanzar sus pequeños gametos al mar y algunos aterrizarán en un pólipo de coral hembra. Pero en cuanto los animales empiezan a moverse, les resulta reproductivamente ventajoso desarrollar una serie de comportamientos relacionados con la búsqueda motivada de pareja, la detección y respuesta al celo, el cortejo, la creación de vínculos, la cópula y la crianza. La orientación sexual describe ese aspecto de la búsqueda motivada de pareja. Los machos tienden a buscar hembras y viceversa. No sabemos muy bien cómo surge este impulso en el ser humano, en qué medida influyen los genes que crean un potencial para la sexualidad y en qué medida viene determinado por el entorno. Pero en el momento de la madurez sexual, esa sexualidad parece estar establecida y fijada. Reconocemos esa sexualidad como algo estable y aparentemente inherente a nosotros.

Pero sólo podemos reconocer la orientación sexual si antes reconocemos el sexo. Sólo podemos reconocer, por ejemplo, el comportamiento homosexual si el sexo masculino de los individuos es independiente de su comportamiento. Tu sexo viene primero: como macho o como hembra. Tu orientación sexual no cambia tu sexo — son conceptos ortogonales.

¿Qué pretende decir Novella? ¿Que tu orientación sexual te desplaza a lo largo de la “distribución bimodal” de él? ¿Que ser gay te hace menos hombre? ¿Que una hembra lesbiana no es tan hembra como una heterosexual? Antes llamábamos homofóbicas a esas ideas. Estoy dispuesto a aplicar aquí la Navaja de Hanlon y simplemente achacar esto a una profunda confusión.

La confusión entre sexo y género

Pasemos ahora al género y a la identidad de género. Lo que va a dificultar este análisis es que Novella no define ninguno de los dos términos, por lo que es posible que estemos luchando contra una niebla movediza, como es habitual en la ideología de género. Así pues, como las afirmaciones son tan ambiguas, no me queda más remedio que responder preguntándole cómo definiría sus términos.

Hemos visto que Novella no ha dado ninguna precisión sobre lo que entiende por “sexo”. Y ahora, lo que me gustaría preguntarle es “¿qué entiende usted por género e identidad de género?”.

El tratamiento que Novella da a la identidad de género es típico de mucho de lo que se escribe aquí. Equivocación, confusión, vaguedad y suposiciones incuestionables plagan el artículo.

¿Está utilizando “género” como sinónimo de sexo? Si no es así, ¿puede explicar qué es un género? ¿Puede dar ejemplos de algunos géneros y decir qué define a cada uno de ellos?

¿O es el género una construcción sociológica? ¿Son esas relaciones construidas socialmente entre los roles, las apariencias y los comportamientos que una sociedad asocia a cada sexo?

Si el género es una construcción social, entonces seguramente son los roles sociales, las apariencias y los comportamientos los que tienen género. Por ejemplo, “los zapatos son femeninos. El hombre adopta una apariencia femenina al llevar los zapatos”. Si esto es lo que significa, ¿cómo puede una persona tener género?

Si el género se aplica a una persona, pero no es sinónimo de sexo, entonces ¿qué es exactamente? Usted parece utilizar indistintamente “sexo asignado al nacer” y “género asignado al nacer”, ¿qué significan estas frases?

La gente tiende a enfadarse bastante y se pone a la defensiva cuando se hacen preguntas de este tipo. Se pone peor.

La confusión entre sexo e identidad de género

Usted dice que una “identidad de género” es “cómo entiende y siente uno su propio género”. Steven, ¿en qué sentido usa “género” aquí? ¿Como sinónimo de sexo? ¿Como algún otro atributo de una persona (qué cuál sería)? ¿O como estereotipo social?

¿Qué es una “identidad de género”?

Supongo que el género y la identidad de género son dos conceptos distintos. ¿Puede una persona tener un género y una identidad de género, o son sinónimos? Sus escritos no lo dejan claro, Steven.

Quizá sea sencillo: ¿es la identidad de género simplemente el conocimiento que uno tiene de su propio sexo? Cuando un niño se desarrolla, es consciente de que hay niños y niñas y de que es uno u otro. Se lo enseñan. ¿O es una especie de conocimiento innato de su sexo? ¿Es alguna parte del cerebro la responsable de algún tipo de experiencia interna y conocimiento de ser niño o niña?

Esta última idea es muy extraña, pero parece muy extendida. ¿Por qué los humanos evolucionarían con un conocimiento innato de ser hombre o mujer? ¿En qué beneficia esto a alguien? Hemos visto cómo la orientación sexual bien podría tener fundamentos genéticos para garantizar que tenemos las mejores posibilidades de reproducirnos. Pero, ¿en qué beneficia que se desarrolle en el feto el sentido de ser hombre o mujer?

Usted cita el trabajo de Dick Swaab, quien parece estar convencido de que tanto la identidad de género como la orientación sexual se desarrollan en el cerebro desde la concepción, durante el “desarrollo fetal y neonatal”. ¿Desarrollan otros animales una identidad de género, un “sentimiento de ser macho o hembra”? ¿Tiene mi perro la sensación de ser macho? ¿Y mi conejillo de indias? Estoy seguro de que ambos tienen sexualidades complejas. Pero, ¿qué sentido tiene este sentimiento en los animales? ¿Cómo podríamos saberlo o detectarlo en un perro? ¿Para qué sirve “sentirse macho”?

Creo que esto es un sinsentido. Como seres humanos aprendemos que somos machos o hembras. Los adultos nos lo dicen. Observamos la realidad de que hay machos y hembras a nuestro alrededor. Estoy seguro de que mi perro también lo hace. Es un conocimiento aprendido. Situar la identidad de género con la orientación sexual es un error de categoría. No son conceptos parecidos.

¿Cómo podríamos saberlo o detectar la identidad de género en los animales? ¿Qué propósito tiene “sentirse macho” y cómo aumenta el sexo reproductivo? No veo ninguna razón para que mi perro sepa que es macho para reproducirse, sólo para que tenga una orientación sexual que le cree una motivación para relacionarse sexualmente con hembras.

Novella dice: “El principio de parsimonia sugeriría que la identidad de género es también un fenómeno cerebral y, por tanto, un aspecto más del sexo biológico”. Lo más parsimonioso sería aceptar que el desarrollo infantil pasa por una fase en la que comprendemos que los humanos somos sexuados, y que somos de uno u otro sexo — niño o niña. No hay necesidad de invocar nuevas estructuras cerebrales y conceptos en torno a esto. Es algo aprendido socialmente. Si rechazan este conocimiento de ser niño o niña, ¿es porque los adultos les han mentido? ¿O es porque rechazan los estereotipos de género asociados a su sexo? Si le dicen que las niñas no trepan a los árboles, pero a la niña le gusta trepar a los árboles, ¿está ella llegando a la conclusión de que no es una “niña de verdad”?

Novella parece pensar que la conciencia de la “identidad de género” se produce entre los 2 y los 3 años y concluye que esto es “una prueba contundente de que es biológica”. Tonterías. Se trata de una edad de rápida adquisición del lenguaje en la que los niños están aprendiendo a relacionar palabras con conceptos. Dice que “no es razonable poner toda la carga de la prueba en el lado biológico de la cuestión”. Pues sí que lo es cuando hay que proponer nuevos conceptos para explicar un origen biológico como la “identidad de género innata” cuando hay explicaciones mucho más sencillas.

Hay una serie de estudios de neuroimagen que se utilizan para sugerir que podemos ver una región de “identidad de género” en los cerebros estudiando a personas con identidad trans. Estos estudios son casi siempre pequeños, no han sido replicados y están mal controlados por factores de confusión obvios como la homosexualidad.

Ni siquiera necesitamos la identidad de género para explicar las diversas experiencias trans. No es más que un constructo “útil”, un atajo para explicar lo que observamos. Pero probablemente también es una pantalla para ocultar parafilias o sentimientos angustiosos sobre la sexualidad emergente de un niño y la comprensión de su sexo. Se utiliza para disimular la ignorancia, la vergüenza o la terrible realidad de cómo los jóvenes son sometidos a presiones sociales tan extremas para que se ajusten a los estereotipos sociales sobre su sexo que no pueden afrontarlas.

La identidad de género es un concepto que sólo tiene unas décadas. Steven Novella debe recordar su juventud, cuando nadie hablaba de identidad de género. Nadie afirmaba tenerla. La última década ha visto a la sociedad hablar de ello como si la hubiéramos tenido siempre. No surgió de las ciencias, sino de varios académicos de sociología chiflados y sexólogos controvertidos. Puede que haya algunos psicólogos que hablen de la identidad de género en términos científicos y claros con un alcance limitado al desarrollo infantil, pero casi toda la cháchara que vemos es profundamente ideológica e incoherente


 

Interludio cómico

 

[NdT: el video es el clip Vectron del dúo cómico de Inglaterra Mitchell and Webb; en este, tres de los oficiales ¿galácticos? hacen todo en nombre de Vectron, y cuando dos de ellos se van, el cuarto le pregunta al otro sobre este Vectron, pues estuvo enfermo hace unas semanas y nadie lo mencionaba y, al volver, todo el mundo habla “por la gracia de Vectron” y cosas así, y este oficial ni lo ha conocido. El oficial al que le pregunta se muestra extrañado, y dice que él se lo oyó a los demás y jura que ha sido así desde tiempos inmemoriales; para asegurarse, llama a los dos oficiales que se habían ido, quienes también aseguran que las cosas han sido así desde la primera era de Vectron, aunque no saben decir quién o de dónde se originó el concepto. Cuando están a punto de abandonar su uso, por no saber de dónde viene, todos consideran que se sentían mejor mencionándolo, así que siguen como si Vectron existiera.]


 

Una conclusión

Novella termina su post afirmando que la gente como yo “niega la diferencia y la saca de la existencia”.

Algunas personas, sin embargo, pueden aceptar los argumentos específicos pero rechazar la conclusión con lo que considero una lógica dudosa. Un enfoque consiste en decir: ¿cuál es la diferencia práctica entre bimodal y binario? ¿Por qué debería definirse la sexualidad de alguna manera por el 2% (por utilizar una cifra redonda representativa) en lugar del 98%? Pero esto no tiene en cuenta la cuestión real, que es cómo pensamos sobre el 2% —¿forman parte de la diversidad biológica o podemos definirlos como no existentes?

[…]

Además (y éste es a menudo el punto) afirman que cualquier conflicto entre genitales y sexualidad debe ser un trastorno mental.

Llevamos ya algún tiempo vadeando las confusiones que nos han llevado hasta aquí. Entre otras cosas, la cifra del 2% no tiene sentido. Los dos sexos han evolucionado. Los organismos como nosotros pueden clasificarse en masculinos y femeninos en función de la vía de desarrollo evolutivo que hayamos seguido. Estas vías son notablemente robustas incluso cuando se dan graves condiciones genéticas. También somos muy variados en nuestras características sexuales. Pero se trata de variaciones dentro de cada clase de sexo. Los humanos también exhiben sexualidades ricas. Como machos y hembras, puede que no siempre nos sintamos atraídos por el sexo opuesto. Eso no nos hace menos masculinos o femeninos. Simplemente amplía las posibles sexualidades de hombres y mujeres. Y si tenemos dificultades para clasificar a un individuo como macho o hembra por la razón que sea, los únicos sexos que seguimos teniendo son el masculino y el femenino. No somos machos o hembras por grados. No hay más machos y menos machos y más hembras o menos hembras.


 

¿Cómo se metió Novella en esta confusión?

Science-based Medicine

Demos un paso atrás y analicemos la filosofía en la que se basa el sitio web “Science Based Medicine”. Se creó para proponer una idea muy concreta sobre cómo mejorar los resultados de la salud. La medicina basada en la evidencia ha ido ganando importancia desde hace tiempo, pero muchos pensaban que la aplicación de la evidencia clínica de los ensayos a la toma de decisiones clínicas no era suficiente.

El objetivo de la medicina basada en la ciencia es garantizar que los resultados de los ensayos clínicos no se evalúen en un sentido aislado y abstracto, sino que las conclusiones extraídas sean coherentes con todo lo que sabemos sobre física, química, biología y medicina. Tenemos que tener una posición previa sobre lo que es plausible y tiene sentido. De lo contrario, corremos el riesgo de que los resultados espurios de los ensayos nos induzcan a error. Las afirmaciones sólidas sobre un medicamento necesitan pruebas sólidas y tener coherencia con todo lo que sabemos que es cierto sobre el mundo. Por ejemplo, la ridícula uniformidad de los resultados positivos de la acupuntura procedentes de China no debería considerarse una prueba de la eficacia de la acupuntura, ya que no existe ninguna razón previa plausible para pensar que la acupuntura pueda funcionar. Por el contrario, debería considerarse como la prueba de una práctica científica corrompida dentro de una sociedad totalitaria que sólo puede aceptar resultados pro nacionalistas.

Podemos rechazar la acupuntura en base a nuestra comprensión previa de la ciencia, ya que se basa en conceptos místicos y supersticiosos, y no en una base de resultados científicos de nivel inferior y bien establecidos. Los partidarios del curanderismo afirman que esto es “cientificista” o “reduccionista” y que no deberíamos intentar reducir fenómenos complejos como la acupuntura a una visión mecánica del mundo, sino ver la imagen “holística”.

Resulta increíble entonces que Novella haga suyo el lamento de los charlatanes.

El hecho de que Novella tache de “reduccionista” el hecho de que el sexo tenga que ver con la reproducción es el núcleo de su incapacidad para pensar con claridad sobre la ciencia del sexo. Su enfoque explícito consiste en no dejarnos contemplar nunca los múltiples aspectos del sexo como fenómenos resolubles en una jerarquía. Él siempre está presionando para que el sexo y la reproducción, la sexualidad, la orientación, la identidad, la variación y los trastornos se mezclen en una niebla “bimodal”. Nunca se nos permite ver ninguno de estos aspectos en sus propios términos.

En El Relojero CiegoRichard Dawkins dijo:

Para aquellos a quienes les gustan los apelativos del tipo “-ismo”, el nombre más adecuado para mi forma de entender cómo funcionan las cosas es probablemente “reduccionismo jerárquico”. Si lees las revistas intelectuales de moda, te habrás dado cuenta de que el *reduccionismo’ es una de esas cosas, como el pecado, que sólo menciona la gente que está en contra de él.

Llamarse a uno mismo reduccionista sonará, en algunos círculos, un poco como admitir que se come bebés. Pero, al igual que nadie come bebés en realidad, nadie es realmente reduccionista en ningún sentido contra el que merezca la pena estar. El reduccionista inexistente, contra el que todo el mundo está en contra, pero que sólo existe en su imaginación, intenta explicar las cosas complicadas directamente en términos de las partes más pequeñas, incluso, en algunas versiones extremas del mito, ¡como la suma de las partes! El reduccionista jerárquico, por otra parte, explica una entidad compleja en cualquier nivel particular de la jerarquía de la organización, en términos de entidades sólo un nivel por debajo de la jerarquía; entidades que, a su vez, son probablemente lo suficientemente complejas como para necesitar una mayor reducción a sus propias partes componentes, y así sucesivamente.

Novella compara las explicaciones jerárquicas del sexo basadas en la evolución, el desarrollo y la reproducción con este monstruo imaginario devorador de bebés. No podemos esperar entender la complejidad de cosas como la experiencia humana a menos que estemos preparados para crear una jerarquía de explicaciones. La existencia de tu cuerpo como un organismo evolucionado que se reproduce y que es macho o hembra es un lugar jerárquico perfectamente bueno para empezar muchas conversaciones. Descartar esta explicación por no tener en cuenta las “complejidades de la experiencia humana” es caer en la falacia de Dawkins de comerse al bebé.

El reduccionismo jerárquico está en el corazón del método científico, y la medicina basada en la ciencia de Novella tiene que basarse en tales métodos si va a proporcionar los cimientos en los que se basa su proyecto. Este abandono de la ciencia en nombre de la ideología amenaza el fundamento mismo de la ciencia como herramienta para comprender el mundo y crear una vida mejor para las personas.

 

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