Hace unos días, Jerry Coyne publicó un artículo sobre el épico fracaso del ‘diseño’ ‘inteligente’ —que no es otra cosa que un nombre pomposo para el creacionismo disfrazado de ciencia—. Coyne firma el certificado de defunción del ‘diseño’ ‘inteligente’ señalando dos hechos:
El primero es el fracaso de la Estrategia Wedge, que fue un panfleto ideológico compuesto en 1998 en el que los creatas detallaban su plan para conquistar el mundo. (Sí, ¡en serio!)
La Estrategia Wedge (o Documento Wedge) proponía que el creacionismo alcanzaría las siguientes conquistas académicas y culturales:
Objetivos a cinco años
• Ver la teoría del diseño inteligente como una alternativa aceptada en las ciencias, y que haya investigación científica realizada desde la perspectiva de la teoría del diseño.
• Ver el comienzo de la influencia de la teoría del diseño en esferas distintas de las ciencias naturales.
• Ver cómo nuevos debates importantes en educación, cuestiones vitales, responsabilidad legal y personal se sitúan al frente de la agenda nacional.
Objetivos a veinte años
• Ver la teoría del diseño inteligente como la perspectiva dominante en la ciencia.
• Ver la aplicación de la teoría del diseño en campos específicos, incluyendo la biología molecular, la bioquímica, la paleontología, la física y la cosmología en las ciencias naturales, la psicología, la ética, la política, la teología y la filosofía en las humanidades; ver su influencia en las bellas artes.
• Ver cómo la teoría del diseño impregna nuestra vida religiosa, cultural, moral y política.
¿Ven? ¡Conquistar el mundo! ¿Alguien se puede imaginar la escala de la extinción a la que se habría enfrentado la humanidad con el Covid si estos chiflados hubieran conseguido imponer sus sandeces, y no hubiéramos desarrollado las vacunas de ARN mensajero?
El hecho de que 25 años después los creatas todavía no hayan alcanzado sus objetivos a cinco años dice mucho de cómo resultó su estrategia.
El segundo hecho con el que Coyne afirma que el creacionismo se ha encogido hasta ser casi invisible es el cierre del Biologic Insititute — un instituto creacionista para hacer “investigación”, que cesó funciones en 2021.
En vista de que la ‘investigación’ con conclusiones preestablecidas no fue aceptada en ningún journal, el instituto se había visto obligado a crear su propio journal, BIO-Complexity, que sigue publicando artículos aún después del cierre del instituto que lo gestó. Y la cantidad de artículos que publica BIO-Complexity debería dejarnos a todos con los ojos a cuadros: en promedio, el ‘journal‘ creata publica la friolera de tres artículos por año (¡en ocasiones, con títulos que terminan en Parte 1, Parte 2, y Parte 3 respectivamente!). LOL! A este paso, van a imponerse en la ciencia bien rápido.
Y no es que sea imposible. Si algo hemos aprendido en los últimos años es que la ciencia sí puede ser secuestrada por una ideología moral inflexible y reaccionaria… sólo que no fue para el cristianismo y su despreciable deidad.
