Buenas noticias: en lo que parece un ataque de cordura, ayer la Corte Constitucional de Colombia anunció una sentencia en la que despenaliza el aborto hasta la semana 24 de embarazo (seis meses de gestación). La decisión es un avance en los derechos de las mujeres y en remover la influencia de la superstición cristiana del ordenamiento jurídico — al fin y al cabo, Colombia es un Estado laico, y las creencias privadas no tienen cabida en las leyes de todos.
Aunque para algunos es llamativo y “paradójico” que tres de las cuatro magistradas votaron para que el aborto siguiera siendo delito, esto no es una sorpresa para quienes nos hemos vacunado contra las políticas de identidad: se puede ser mujer y machista (como perfectamente lo demostraron en esta decisión las magistradas Cristina Pardo Schlesinger, Paola Andrea Meneses, y Gloria Stella Ortiz Delgado), y se puede ser hombre y defender la igualdad y los derechos de las mujeres (como lo hicieron en este caso los magistrados Alberto Rojas Ríos, Antonio José Lizarazo, y el conjuez Julio Andrés Ossa). ¡Es casi como si los hombres sí pudieran opinar sobre el aborto, o algo!
De hecho, lo único paradójico de todo el caso es que Alberto Rojas Ríos fue uno de los ponentes de la sentencia. Hace unos años Rojas fue nombrado Magistrado como ficha del reaccionario procurador general Alejandro Ordóñez, y en ese entonces, como buen títere de este, pretendió continuar la guerra contra las mujeres desde la Corte, tratando de que se sacara el misoprostol del Plan Obligatorio de Salud y pretendiendo que la Corte se retractara de establecer el aborto como un derecho fundamental. Que en siete años este tipo haya cambiado tanto de opinión como para ser el Magistrado ponente de la sentencia que despenaliza el aborto hasta la semana 24 es algo insólito. Vea pues: ¡el machismo sí puede ser curado!
La decisión es bastante progresista puesto que Colombia se pone al día con países como Holanda y Reino Unido, y supera la legislación de varios países del primer mundo.
Esta victoria en derechos humanos no habría sido posible sin el incansable esfuerzo de la organización Causa Justa, quienes presentaron la demanda que concluyó en esta sentencia. Aunque la decisión es bastante, pero bastaaaaante buena, coincido con Ana Cristina González —representante de Causa Justa— en que todavía hay cosas por corregir. Creo que González está en lo correcto cuando dice que el aborto debe dejar de ser un tema de derecho penal en su totalidad.
Si quisiera ponerme puntilloso, también podemos extender la despenalización por más timepo. Primero, resulta que el feto sólo tiene la capacidad neurológica para sentir dolor en torno a las 26 a 30 semanas de gestación, así que si fuéramos a conceder el límite de la sintiencia todavía se puede extender por un par de semanas; y si nos quedamos con el límite de la viabilidad, podríamos extender hasta la semana 32, cuando ya es factible un parto prematuro — aunque en lo personal, creo que este argumento podría ser contraproducente a largo plazo, puesto que no es descabellado suponer que el avance tecnológico permitirá eventualmente tener partos cada vez más prematuros, lo que significaría que los derechos de las mujeres estarían inversamente relacionados con el avance tecnológico. En fin, que ya llegaremos a esas discusiones en su debido momento.
Por el momento, a celebrar esta victoria del laicismo y de los derechos de las mujeres en Banana Republic. Una conquista social y jurídica de estas proporciones no ocurre en Colombia casi nunca.
(imagen: Facebook Causa Justa)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio | ¿Te ha gustado este post? Síguenos o apóyanos en Patreon para no perderte las próximas publicaciones