El humor busca hacernos reflexionar. El humor más horrible es el que más nos hace pensar sobre nosotros mismos. Nunca es el culpable. Cuando Chumel [Torres] dice “Paraguay no existe”, no se está riendo de Paraguay, Es obvio que el sabe que existe. Está riéndose de la educaciòn de los países de latinoamérica, que es tan pobre en enseñarnos las realidades de nuestros países hermanos. Quien crea que Chumel lo dice en serio, no puede culpar al humor, sino a su propia incapacidad de comprenderlo. Pero si quien lo escucha, puede reflexionar acerca de su propio desconocimiento sobre Paraguay, e intentar solucionarlo, entonces ya el humor cumplió su objetivo.
Nunca podemos festejar que se limite la palabra. Puesto que los vientos cambian de rumbo, y la próxima, le puede tocar a quienes piensan como nosotros. Y, en los países totalitarios, no hay debate, porque el que no piensa igual, no puede expresarse. La falta de canales para expresar nuestras palabras, es violencia. Si queremos debate, necesitamos ideas disonantes. El progresismo le está haciendo el juego a los totalitarios, cuando se pierde en la telaraña de la correcciòn política
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[L]os motivos por los que creo que el lema de que las “palabras son violencia” es tan problemático […] se podría[n] reducir a dos cargos: el primero es que rehabilita la noción de que las palabras pueden alterar el curso de los eventos materiales, que es una forma de pensamiento rudimentaria, a la altura de lanzar hechizos y encantamientos — no en vano, se llama pensamiento mágico. Volver a esta forma de pensamiento primitivo del que a nuestra especie le costó horrores salir no puede ser descrito sino como traición intelectual.
El segundo cargo es que realmente es una excusa para la violencia: si a la violencia se responde con violencia, etiquetar así a las palabras realmente viene a decir es que es legítimo responder con violencia a las expresiones de ideas que nos disgustan. Así, los abogados defensores empezarán a ganar todos los casos diciendo que su cliente simplemente estaba ejerciendo su legítima defensa
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[L]a actriz Alison Brie, escribió una sentida carta en sus redes sociales, pidiendo disculpas por haber hecho el doblaje, durante la totalidad de la serie “Bojack Horseman“, de un personaje Vietnamita. Alega, en su nota, que se arrepiente de como al aceptar el rol, no permitió que una actriz vietnamita hiciese el doblaje, dando una representación más apropiada de un personaje de esa ascendencia. […] Siguiendo la lógica de su carta, es decir, que en una animación, solamente puede una persona de etnia apropiada, representar a un personaje de dicha ascendencia, deberemos entender que no pueden doblarse más series, programas, o películas, a ninguna otra lengua. Estoy seguro que, en Vietnam, no consiguieron a norteamericanos para doblar, al vietnamita, al resto de los personajes de Bojack. Más aun, estoy seguro que para doblar al swahili a cualquier film sueco, quienes hacen las voces, son negros. ¿Cómo resuelve la corrección política estas cuestiones?
En este momento Alejandro está redactando su próxima carta, aunque puede que tome unos días en tenerla lista, pues fue invitado a ser anfitrión del podcast Herejes a partir de la segunda temporada, así que va bien de responsabilidades. (Por cierto, el episodio en el que Alejandro se estrenó como anfitrión fue sobre cultura de la cancelación, y es toda una joya.)
Si alguien tiene sugerencias de otros temas que podríamos tratar, la sección de comentarios de este post está abierta. Quienes quieran recibir una notificación cada vez que Alejandro o yo enviamos una nueva carta, también pueden suscribirse a nuestro intercambio epistolar.