Desde hace años sabemos que el virus del papiloma humano (VPH) causa cáncer de cuello uterino — desde entonces se han desarrollado un par de vacunas para prevenir el VPH. Las vacunas, sin embargo, han sido objeto de una campaña de desprestigio por una alianza entre sectores religiosos (que creen que el cáncer de cuello uterino debe ser un riesgo legítimo para las mujeres que se atreven a perder la virginidad), feministas tercera-ola (!) y el movimiento antivacunas.
A pesar de sus esfuerzos, la evidencia ha sido meridianamente clara: la vacuna funciona, tiene muchos beneficios secundarios, es segura y previene que se contraiga el virus y, por la misma razón, previene el desarrollo de cáncer de cuello uterino.
Pues se acaba de publicar una revisión sistemática de la Colaboración Cochrane que, básicamente, encontró por n-ésima vez que la vacuna funciona y es segura:
Se incluyeron 26 estudios con 73 428 niñas adolescentes y mujeres. Todos los ensayos evaluaron la seguridad de la vacuna durante un período de 0,5 a siete años y diez ensayos, con un seguimiento de 3,5 a ocho años, abordaron la protección contra las lesiones malignas. Los resultados del cáncer de cuello uterino no están disponibles. La mayoría de las participantes reclutadas fueron menores de 26 años. Tres ensayos reclutaron mujeres entre 25 y 45 años. Los estudios compararon la vacuna contra el VPH con una vacuna simulada.
Se evaluó la protección contra las lesiones premalignas en mujeres que no presentaban VPH de alto riesgo, no presentaban VPH16/18, o en las que presentaban o no infección por VPH al momento de la vacunación. Se evaluaron por separado las lesiones premalignas asociadas con VPH16/18 y cualquier lesión premaligna.
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Hay evidencia de alta certeza de que las vacunas contra el VPH protegen contra las lesiones premalignas de cuello uterino en las niñas adolescentes y las mujeres que se vacunan entre los 15 y 26 años de edad. La protección es menor cuando una parte de la población ya está infectada por el VPH. Se necesita un seguimiento a más largo plazo para evaluar la repercusión sobre el cáncer de cuello uterino. Las vacunas no aumentan el riesgo de eventos adversos graves, abortos espontáneos ni terminación del embarazo. Hay datos limitados a partir de los ensayos del efecto de las vacunas sobre las muertes, los mortinatos y los recién nacidos con malformaciones.
Las revisiones sistemáticas están en la cúspide de la jerarquía de la investigación científica porque recogen y analizan datos de numerosos estudios. A su vez, las revisiones de la Colaboración Cochrane son de lo más riguroso y contundente porque es una entidad independiente creada para organizar sistemáticamente la información de la investigación médica y así facilitar la toma de decisiones.
Mejor dicho, como si hiciera falta evidencia, la vacuna contra el VPH acaba de recibir el mejor respaldo probatorio que podría recibir cualquier tratamiento. El político o Gobierno que se oponga a la vacuna simplemente no tiene la salud de las mujeres entre sus prioridades.
(vía GMO Pundit | imagen: FreakinDeath)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio