Tras su célebre discurso en los recientes Golden Globe 2018, algunos comentaristas sugirieron a la presentadora americana Oprah Winfrey como candidata a la presidencia de EEUU para el 2020… y parece que a ella le suena la idea.
La sugerencia resulta un tanto traumática porque si algo deberíamos haber aprendido con Donald Trump es que elegir a alguien sólo por ser famoso (o por haber dicho unas palabras carismáticas y elocuentes por 10 minutos consecutivos) es una pésima idea, bastante próxima al populismo.
Y para cualquier persona que valore la ciencia, la candidatura de Winfrey también resulta problemáticamente distópica, pues la empresaria y presentadora es una magufa con ganas: durante los más de 30 años de su show, Oprah catapultó —o ayudó a catapultar— a la fama a personajes siniestros como el charlatán Mehmet Oz, la antivacunas Jenny McCarthy, el estafador Deepak Chopra, y la dichosa Rhonda Byrne —promotora de la paparrucha de autor-ayuda El Secreto, un refrito del sesgo del mundo justo aderezado con pseudociencia a cascoporro—. Vamos, que Winfrey ha ayudado activa y alegremente a que muchas personas (posiblemente de poblaciones vulnerables) dejen de lado la verdadera medicina.
Pero hay otro giro de tuerca: en 2013, Winfrey entrevistó a la nadadora atlética Diana Nyad, quien no cree en amigos imaginarios — y al no poder digerir este concepto, Winfrey le terminó diciendo a su invitada cuáles eran sus verdaderas creencias:
Aquí una transcripción:
Winfrey le preguntó a Nyad:”Le dijiste a nuestros productores que no eres una persona de Dios, pero estás profundamente maravillada”.
Nyad respondió:”Sí, no soy una persona de Dios. Soy atea”, y Winfrey le preguntó:” ¿Pero sientes asombro?”
Nyad dijo:”No entiendo por qué alguien encontraría una contradicción en eso.
Puedo pararme al borde de la playa con el cristiano, judío, budista más devoto y llorar por la belleza de este universo, y ser conmovida por toda la humanidad.
Así que para mí, mi definición de dios es la humanidad, y es el amor a la humanidad “.
Winfrey, que ha hablado de su fe cristiana en la televisión antes, respondió diciéndole a Nyad que sus creencias no encajaban con el ateísmo tradicional.
“Bueno, yo no te digo atea. Pienso que si crees en el asombro y la maravilla, y en el misterio, entonces eso es lo que es Dios. Eso es lo que es Dios. No es el tipo con barba en el cielo”, dijo.
Mira por dónde: Winfrey conoce a una atea, y como esta no se ajusta al estereotipo que aquella tiene de nosotros, entonces ya le va diciendo que no es atea. ¡¡Ahh, la pestilente condescendencia del amor cristiano!! Hay que ser dolorosamente ignorante para creer que la capacidad de sentir emociones fuertes tiene algo que ver con creencias irracionales en vez de una biología producto de las presiones evolutivas de la sabana africana durante cientos de miles de años.
Sentir asombro y maravilla frente al mundo que nos rodea hace parte de la experiencia humana, y no es patrimonio de ningún ente preternatural — esta la otra cara de la moneda cuando alguien afirma que sentir miedo nos hace creyentes. Pues no, el miedo no prueba a dios.
Y si Oprah Winfrey no puede entender algo tan sencillo, dudo mucho que sea material para la presidencia de ningún país, o siquiera de una junta de acción comunal. Uno no puede, concienzudamente, hacer facepalm! con las teorías conspiranóicas de Trump sobre el lugar de nacimiento de Barack Obama, o su oligofrénico negacionismo del cambio climático, o su peligrosa mojada de panties con el dictadorzuelo Vladimir Putin y sus pretensiones imperialistas, o su constante coqueteo con el supremacismo blanco, pero hacer la vista gorda cuando Winfrey incurre en los mismos procesos de razonamiento defectuosos.
Uno simplemente no le dice a las personas cuáles son sus ‘verdaderas’ creencias, por muy incapaz que sea para reajustar sus modelos mentales. Ya fue suficiente del estigma anti-ateo, y es hora de que el próximo ocupante de la Casa Blanca lo sepa. O, en palabras que Winfrey pueda entender, Time’s Up!
(imagen: Xataka Ciencia)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
