Siguiendo la lógica de las buenas noticias, esta pasó casi desapercibida — a finales de septiembre supimos que Reino Unido eliminó el sarampión por primera vez:
La eliminación del sarampión se ha logrado por primera vez en el Reino Unido, dice la Organización Mundial de la Salud.
El organismo mundial de salud clasifica a un país como país que ha eliminado la enfermedad cuando ésta ha dejado de circular libremente durante al menos tres años.
Aunque todavía hay pequeños cúmulos, muchos de ellos son traídos del extranjero y no se están extendiendo.
Pero los expertos en salud dijeron que no debería haber autocomplacencia, advirtiendo que hubo varios brotes grandes en toda Europa.
La noticia llega una semana después de que se anunciara que Inglaterra había alcanzado la meta de que el 95% de los niños y niñas se vacunaran contra el sarampión, las paperas y la rubéola en su quinto aniversario. Gales, Escocia e Irlanda del Norte ya lo estaban consiguiendo.
Esta cifra se considera importante porque garantiza la inmunidad de grupo, lo que significa que la enfermedad no puede propagarse debido al alto nivel de vacunación.
Las tasas de vacunación triple vírica disminuyeron después de un pánico causado por el desacreditado doctor Andrew Wakefield, quien falsamente afirmó a finales de los Noventa que la vacuna causaba autismo.
Antes de eso, el Reino Unido estaba bien encaminado para lograr la eliminación del sarampión.
Por ponerse a traficar miedo, Wakefield le costó vida, salud, esperanzas, sueños, ilusiones a toda una generación. ¡Veinte años se demoró Reino Unido en conseguir lo que una vez tuvo a escasas pulgadas!
Y pensar que todavía hay gente que afirma que las creencias irracionales no hacen daño, y sólo son un bálsamo inofensivo con el que los más impresionables buscan hacer más soportable su propia existencia.
(vía ECSO | imagen: Blake Patterson)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio