En estos días Pakistán le pidió a Facebook y Twitter que les ayude a censurar las publicaciones blasfemas en las respectivas redes sociales. En Pakistán, la blasfemia se castiga con la pena de muerte.
El portal asiático de la BBC de Inglaterra consideró que el tema era muy interesante así que la presentadora Shazia Awan decidió preguntarle a los seguidores cuál sería el castigo apropiado para la blasfemia:
What is the right punishment for blasphemy?
Tweet @ShaziaAwan with what you think using the hashtag #AsianNetwork pic.twitter.com/HVAKQrdhBr
— BBC Asian Network (@bbcasiannetwork) March 17, 2017
La respuesta, obviamente, es que ninguno, pues la blasfemia no es un delito: las ideas religiosas, como cualquier otro conjunto de ideas, pueden ser sujetas a la burla, la crítica y el ridículo. Y si alguien se ofende por eso, es su problema, pues los demás no somos responsables por sus sentimientos.
Que Pakistán siga en el siglo VII, no es noticia. Lo preocupante, realmente, es que la BBC esté promoviendo y dándole validez a la idea de que estar en desacuerdo con (o siquiera ser disidente de) ciertas ideas merezca algún tipo de castigo.
Qué desgracia que el dinero de los contribuyentes británicos se despilfarre en aceptar la reintroducción de los delitos de pensamiento. La tierra de Locke, Hobbes, Darwin, Dawkins y Hitchens convertida en una pocilga feudal.
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Publicado en De Avanzada por David Osorio