Por solicitud de las tribus indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, Parques Nacionales Naturales de Colombia cerrará el Parque Tayrona durante febrero de 2017.
La medida es una repetición de una decisión idéntica que se tomó a finales de 2015, cuando el Gobierno decidió cerrar el parque a los turistas con el pretexto de que los indígenas llevaran a cabo una “limpieza espiritual” —lo que quiera que eso signifique—.
Así que los argumentos de entonces vuelven a cobrar relevancia hoy: el cierre puede servir para mantenimiento ambiental del parque, aunque esta debería ser una actividad constante que no precisara del cierre; tomar decisiones para favorecer los caprichos religiosos de un grupo de ciudadanos es una violación al Estado laico; y creerse a pies juntillas las afirmaciones extraordinarias que hacen las comunidades indígenas sobre sus actividades en el Parque es condenadamente ingenuo, porque resulta que, al igual que el turismo, las actividades indígenas tienen un costo ambiental que también debería ser revisado y puesto en cintura.
Pero como Colombia es Banana Republic recurren al muy pintoresco y popular prohibicionismo restringiendo el uso del Parque, y le dan contentillo a los indígenas, permitiéndoles contaminar en nombre de la “limpieza espiritual”. Y tienen el descaro de decir que una decisión tan cutre y pedestre ayuda a la biodiversidad.
¡Hágame el favor!
(imagen: Wikipedia)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio