Desde finales del siglo XVIII, la Biblia comenzó a ser un accesorio estándar en las habitaciones de los hoteles cuando tres hombres de negocios que viajaban fundaron Gideons International con el fin de difundir los evangelios poniendo una Biblia en cada habitación de hotel de EEUU. Para los ateos y demás minorías religiosas, seguro que es fácil de ignorar, pero no deja de ser molesto que se asuma que uno quiere el panfleto cristiano en primer lugar.
Y parece que se acerca el feliz fin de esta molesta tradición:
Cuando el ultra-hip Hotel Moxy abra en San Diego el año que viene, las habitaciones estarán equipadas con las comodidades habituales — despertador, secador de pelo, escritorio y TV de pantalla plana.
Pero no habrá una Biblia en la mesita de noche.
Marriott International, la compañía hotelera más grande del mundo, suministra una Biblia y el Libro de Mormón en las habitaciones de cada otro hotel de la franquicia. Pero la compañía ha decidido recientemente que ningún material religioso debería ser ofrecido en dos de sus más recientes marcas de hoteles orientadas a los milenials, los hoteles Moxy y Edition.
“Es porque los libros religiosos no encajan con la personalidad de las marcas”, dijo la portavoz de Marriott, Felicia Farrar McLemore, explicando que los hoteles Moxy y Edition están dirigidos a los milenals amantes de la diversión.
La decisión de Marriott refleja a otros en la industria que están eliminando silenciosamente la antigua tradición de almacenar material religioso en las habitaciones del hotel.
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[Una] encuesta reciente de STR, una compañía de análisis de hospitalidad, encontró que el porcentaje de hoteles que ofrecen materiales religiosos en las habitaciones ha disminuido significativamente en la última década, desde el 95% de los hoteles en 2006 al 48% este año.
Entre los motivos del cambio, según los expertos de la industria, está la necesidad de atraer a viajeros estadounidenses más jóvenes que son menos devotos que sus padres o abuelos y para evitar ofender a viajeros internacionales como musulmanes o budistas.
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Últimamente los hoteles también han estado bajo presión de grupos ateos.
La Freedom From Religion Foundation, un grupo sin ánimo de lucro que promueve la separación de la iglesia y el Estado, escribió a 15 grandes compañías hoteleras el año pasado, pidiéndoles que mantuvieran las Biblias fuera de las habitaciones del hotel.
El grupo tuvo éxito en el último año al conseguir que los hoteles operados por la Universidad del Estado de Arizona y la Universidad del Norte de Illinois retiraran todas las Biblias de sus habitaciones.
La Fundación también creó un sticker que dice: “Advertencia: La creencia literal en este libro puede poner en peligro su salud y vida”. El grupo ha alentado a sus partidarios a colocar las pegatinas en cualquier Biblia de habitación que encuentren.
La encuesta de STR no es representativa, así que puede que los porcentajes exactos no sean esos, aunque definitivamente se puede notar una tendencia: el privilegio religioso cristiano que los fundadores de Gideons International pretendieron poco antes de finalizar el siglo XIX se está desvaneciendo poco a poco.
Hace dos años, los hoteles Provenance prescindieron de poner Biblias en sus habitaciones, y ampliaron el menú supersticioso para que los huéspedes eligieran el mito irracional que prefirieran. Ahora, la industria se pone al día, y deja de poner material religioso al interior de las habitaciones.
Algunos ofrecen los libros ‘sagrados’ en la recepción, para darle gusto a los creyentes que todavía necesitan leer encantamientos antes de irse a dormir. Esa es una mucho mejor política que imponer una sola superstición a todos los huéspedes.
(vía Friendly Atheist)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio