En septiembre, los gimnastas olímpicos británicos Louis Smith y Luke Carson se grabaron imitando el llamado a oración islámico, burlándose del mismo —como es su derecho—:
Además de las amenazas de muerte de rigor, y el lloriqueo de los líderes comunales musulmanes porque se burlaron de su superstición, Smith recibió críticas de toda la sociedad, por el hecho de ejercer su libertad de expresión, y fue obligado a disculparse y decir que lo sentía mucho (!).
Como si la censura social contra el legítimo ejercicio de su libertad no fuera suficientemente malo, la federación de Gimnasia Británica suspendió a Smith por dos meses, y regañó a Carson.
Vuelven la censura y leyes de blasfemia al Reino Unido, so pena que lo musulmanes no decidan sentirse ofendidos cuando alguien se burla de su absurda superstición. Tsk, tsk, tsk…
(imagen: Wikimedia Commons)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio