Hace rato quería escribir sobre la leyenda urbana del robo de órganos, en particular de las personas que se levantan en una tina llena de cubitos de hielo, y con la advertencia de que llamen a Emergencias si no quieren morir. Como raro, Mauricio-José Schwarz se me adelantó, y cubre muy bien el tema en un video de de poco más de 15 minutos:
Para un video tan corto, Mauricio ofrece mucha información importante, como el papel que ha jugado la charlatana Marie-Monique Robin en la propagación de esta leyenda urbana (cuando no está traficando el miedo a los transgénicos con su panfleto anti-Monsanto). A pesar de que se le confrontó con hechos, Robin sigue inmune a los mismos, afirmando que son una conspiración de la CIA.
Para aquellos que —como yo— prefieren el formato escrito, el robo de órganos ya había sido desmitificado por Daniel Zepeda hace unos años, en donde detalla los obstáculos que debería sortear cualquier banda que quisiera vivir de drogar con roofies a inocentes y sacarles los riñones:
El trasplante de órganos requiere de una serie de estudios de alta especialidad donde se analiza la compatibilidad de quien dona con quien recibirá el órgano, compatibilidad que en ocasiones no se encuentra ni entre los familiares directos del enfermo.
El estado de salud general del donante y del receptor del órgano deben estar en perfectas condiciones al momento de hacer el trasplante, sin siquiera un resfrío en ese momento. También se requiere de un equipo de alrededor de 30 médicos especialistas en diferentes cosas cada uno, tanto para extraer el órgano sin dañarlo, como para trasplantarlo a quien lo recibe, por lo cual es imposible, tomar órganos de cualquier desconocido para “traficar con ellos”, explica Adriana Limones Caballero, coordinadora estatal de trasplantes en la Secretaría de Salud [de México].
Para encontrar al donador adecuado, se realizan estudios de histocompatibilidad, prueba que evalúa las proteínas llamadas antígenos leucocitarios humanos (HLA, por sus siglas en inglés), los cuales se encuentran en casi toda célula en el cuerpo humano. Estos antígenos se encuentran en grandes cantidades en los glóbulos blancos y le ayudan al sistema inmunitario a establecer la diferencia entre los tejidos corporales y las sustancias extrañas, compatibilidad que en muy pocas personas se encuentra pese a la afinidad consanguínea, detalla la información.
Los estudios previos de compatibilidad tardan varios días debido a que algunos de ellos son cultivos de laboratorio, y las pruebas de orina son en litros y se recaban durante varios días, así como la sangre que se cultiva en laboratorio, entre lo que se estudia están los sodios, potasios, creatininas, así como todos los antecedentes del donador […]
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De los donadores cadáver, la única muerte que deja funcionales los órganos es la muerte cerebral, de manera que no cualquier tipo de muerte hace de un cadáver candidato a donar.
Los médicos que participan en trasplantes tienen la especialidad de nefrología, cardiología, urología, angiología, hematología, infectología, psiquiatría, entre otros que tienen un buen prestigio por lo que no arriesgarían su carrera en operaciones clandestinas.
También se requieren de quirófano y áreas esterilizadas para la cuarentena en que el paciente trasplantado vive, el cual se deja aislado de cualquier visita y riesgo de infección debido a que se queda sin defensas, su sistema inmunológico queda totalmente debilitado y su vida está en riesgo durante y después de un trasplante por lo que requiere de cuidados especializados extremos.
Todo eso por no mencionar que el trasplante de órganos requiere de una muy compleja cadena de frío que incluye un recipiente con una solución fría, un recipiente estéril, una doble bolsa estéril y un contenedor isotérmico rodeado de una solución fría con hielo.
Mejor dicho, es más fácil que Ed Manosdetijera se ponga lentes de contacto sin hacerse daño que montar una banda de robo de órganos.
Snopes rastreó la primera aparición en medios de esta leyenda urbana hasta una nota de prensa a principios 1989 en la que un turco de 34 años llamado Ahmet Koc advertía que le habían robado un riñón de esta manera — en realidad, Koc vendió su riñón, y el procedimiento se había llevado a cabo en Reino Unido el año anterior; a pesar de esto, Koc pasó a la historia en Turquía con su relato del secuestro y robo de órganos. La ‘noticia’ fue retomada para un episodio de Law & Order, y de ahí mutó en una cadena de correos electrónicos diseñados para sembrar pánico (al igual que ese que advertía de las agujas con VIH en las salas de cine).
Ante el avance desaforado de la leyenda urbana, en 1999, la United Network for Organ Sharing (UNOS) denunció que el chistecito estaba afectando las donaciones de donantes voluntarios para pacientes en listas de espera, pues el mito sembró desconfianza en la comunidad médica y generó miedo frente a los doctores.
(imagen: BodyBuilding)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio