Mientras el proceso de ‘paz’ con las Farc está en stand–by, el gobierno de Juan Manuel Santos ya inició la fase pública del proceso con el segundo grupo terrorista del país, el ELN.
Y nada que aprenden de sus errores. Según reporta La Silla Vacía (LSV), en la negociación también habrá acompañamiento de la Iglesia, esta vez en cabeza del arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve:
El Arzobispo de Cali, Monseñor Darío de Jesús Monsalve, coordinará a partir del 27 de octubre la comisión episcopal que acompañará, como facilitadora, la relanzada fase pública de los acuerdos de paz con el ELN. Es un hombre de posiciones fuertes, que toma decisiones motivado por la búsqueda de resultados, aunque en muchos casos terminen haciéndolo parecer como un obispo ‘poco discreto’.
En esta semana que se anunciaron los diálogos, Monseñor ya ha dado muestras de que mantendrá su sello personal en la siguiente fase de la negociación de paz con la guerrilla, aunque algunos lo vean como un riesgo. Y lo hará porque para él, que desde muy joven ha visto la violencia de cerca, ser provocador es un atributo y no un defecto. Es, lo que en su opinión llevó a Jesucristo a morir crucificado, acusado de ser un subversivo. Y es la misma postura que ha mantenido en su carrera como sacerdote de la Iglesia Católica.
Según LSV, fue el grupo terrorista el que exigió la presencia de la Iglesia en los diálogos, algo a lo que el Gobierno debió negarse, ya que las religiones no deberían tener un trato privilegiado en las políticas públicas. Al fin y al cabo, Colombia es un Estado laico.
Parece que Juan Manuel Santos pasará a la Historia como el presidente que fracasó épicamente en dos procesos de ‘paz’ consecutivos, con dos grupos terroristas diferentes. Y todo porque no se le dio la regalada gana de aprender de sus errores y no quiso comprender que sin laicismo no hay paz.
Los religiosos boicotearon el Acuerdo con las Farc —incluso después de que el Presidente volvió a defraudar a la minoría no-creyente, dándoles más prebendas estatales a los religiosos con un jugoso y ridículo decreto de ‘libertad’ religiosa—, y sólo bastará con que vuelvan a incluir cosas de sentido común en los Acuerdos con el ELN, como reconocer que las mujeres y los LGBTI han sido una población más golpeada por el conflicto, para que se le volteen y se tiren todo.
¿Cuán bobo hay que ser para repetir los errores propios?
(imagen: Alex Proimos)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
