Hace tres años, Steven Pinker escribió una apasionada carta en la que le explicaba a los académicos de las carreras de Humanidades, que la ciencia no es su enemiga; allí, Pinker ilustraba detalladamente que la ciencia puede ayudar a avanzar esas disciplinas. No parece que lo hayan escuchado.
Por ejemplo, una reciente revisión sistemática de la investigación biosocial en journals de Trabajo Social, hizo un hallazgo desolador:
A pesar del énfasis en una comprensión biopsicosocial de la conducta humana y la relevancia de la investigación biosocial con el trabajo social, no está claro si el trabajo social está contribuyendo a la investigación y el conocimiento biosocial. Métodos: Se emplearon los procedimientos de revisión sistemática para localizar estudios que incluyeron variables biológicas (factores, por ejemplo, genéticas o fisiológicas) relacionados con el comportamiento y fueron publicados en una revista de trabajo social entre 2000 y 2015. Setenta y cinco revistas de trabajo social se realizaron búsquedas. Los estudios fueron seleccionados y codificados por dos revisores independientes. Resultados: Once estudios fueron elegibles para esta revisión; uno era un estudio de genética de la conducta, dos eran estudios de genética molecular, dos eran estudios neurológicos, y seis estudios examinaron los factores fisiológicos tales como la conductancia de la piel y el cortisol salival. Discusión: Los resultados sugieren que el trabajo social como una disciplina no está contribuyendo nuevos conocimientos para avanzar en el componente “bio” del marco biopsicosocial. Se discuten las implicaciones y recomendaciones
La investigadora principal del estudio, Brandy Maynard, resumió los hallazgos del estudio en un tweet: “¡Tienes más probabilidades de ser alcanzado por un rayo que leer un estudio biosocial en una revista de trabajo social!“.
(vía Brian Boutwell | imagen: Alex Proimos)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio