En mayo, la Corte Constitucional reiteró que no se podían destinar recursos públicos a la celebración de la semana ‘santa’ católica en Pamplona (Norte de Santander), pues el dinero de los contribuyentes no es para desperdiciarlo en supersticiones privadas.
Con base en esa sentencia se demandaron otras leyes que destinaban recursos públicos a las celebraciones de la semana ‘santa’ católica en otras partes del país, como Tunja. Pues como es costumbre en la Corte, se desdijeron y decidieron que está bien que se destinen recursos de todos los contribuyentes a patrocinar una fiesta católica:
Sin embargo, según el magistrado ponente de la sala plena, Alejandro Linares, hay que tener en cuenta que la celebración de la Semana Santa en Tunja se declaró patrimonio cultural inmaterial de la Nación, lo que indica que debe incluirse en el presupuesto de la Nación por medio del Ministerio de Cultura.
El alto tribunal autorizó a la administración municipal de Tunja y la administración departamental de Boyacá para “asignar partidas presupuestales de su respectivo presupuesto anual, para el cumplimiento de las disposiciones consagradas en la presente ley”.
Hasta hoy, Alejandro Linares todavía tenía respetabilidad, porque no se sumó al chorrado de babas que sus colegas ofrecieron para justificar promover el cristianismo en la Sala Plena de la Corte.
Supongo que sólo era cuestión de tiempo antes de que empezara a tomar decisiones que mantienen el privilegio religioso y van en contravía de la jurisprudencia de la propia Corte que —cuando todavía estaba compuesta en su mayoría por personas íntegras— decidió sabiamente que Colombia es un Estado laico. Este remedo de Corte Constitucional (con la posible excepción del magistrado Jorge Iván Palacio) da un asco de proporciones cósmicas. Puajj!
(vía Jorge Enrique | imagen: Alex Proimos)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
