Una de mis principales críticas al proceso de ‘paz’ que el gobierno de Juan Manuel Santos lleva a cabo con el grupo terrorista Farc es el repetido recurso de recurrir a chorradas religiosas para promover el proceso — un proceso de ‘paz’ que promueve el privilegio religioso y discrimina a los ateos no tiene ningún tipo de presentación ni seriedad.
Aunque el cristianismo ha sido el mayor beneficiado con todo este ridículo proceso, no significa que sea la única superstición que se ha lucrado con el dolor y la miseria de los colombianos. Ahora, el charlatán indio ‘Sri Sri’ Ravi Shankar también afirma que los acuerdos alcanzados entre el Gobierno y el grupo terrorista son producto de su intervención — así se desprende de un video publicado en su página de Facebook (que por algún motivo no puedo incrustar aquí; haciendo click en el enlace o la imagen, pueden verlo):
El video —de tan sólo 12 minutos— es una oda de proporciones cósmicas a la injusticia, la impunidad, la charlatanería, el pensamiento mágico, el New Age y las creencias irracionales, que produce vergüenza de tan solo verlo.
Probablemente, la peor parte de todo esto fue cuando el dichoso Ravi Shankar se reunió con el Presidente y luego con los cabecillas terroristas en La Habana, diciendo que una “visión diferente” podría arrojar luces sobre el proceso. ¿Y qué tal reunirse con las víctimas del terrorismo? ¿Por qué un mentiroso compulsivo que vive de estafar a los demás y explotar sus miedos puede ocupar cuatro horas de la agenda del Presidente, y ningún campesino ha sido invitado a compartir su “visión diferente”?
Y sabemos que Ravi Shankar es un charlatán y estafador. Por ejemplo, en su visita a la universidad IIT Kanpur promovió sus productos con el test Delta, un derivado de la pseudociencia kinesiológica que sirve para sorprender audiencias ignorantes y afirmar que uno tiene poderes mágicos.
Y si su promoción de la pseudociencia no fuera suficiente como para cuestionar su participación en el proceso de ‘paz’ —y no se engañen, esto debería ser suficiente—, resulta que Ravi Shankar también tiene su propia secta, llamada Art of Living, en la que despoja de cualquier rasgo de individualidad a sus víctimas a cambio de la promesa de felicidad eterna. Existen varios testimonios de exmiembros de Art of Living, donde dan cuenta del lavado de cerebro que ocurre al interior de la secta y cuentan su tortuoso viaje hasta que consiguieron escapar de las garras del Ravi Shankar y su culto.
Ravi Shankar repitió la estafa de Gandhi, consiguiendo reconocimientos internacionales por presuntamente promover la paz cuando, en realidad, no hace otra cosa que deslumbrar a occidentales ignorantes con espejos e historias de ficción adornadas con esoterismo hindú y la falsa idea de que existe una solución oriental.
Por cosas como esta debo decir que es con muchísimo asco que voy a votar Sí al plebiscito de la ‘paz’, pero sólo porque la alternativa a eso es darle una victoria política al Trump colombiano, y la idea es reducir a los hampones, no empoderarlos (más).
(vía Andrés Sánchez | imagen: Facebook ‘Sri Sri’ Ravi Shankar)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio