Para quienes entendemos que los libros sagrados prescriben atrocidades no es un secreto que el terrorismo islámico es un producto religioso — otros han aprovechado las masacres en nombre de Alá para promover sus agendas políticas particulares, en las que el odio a Occidente y la Ilustración los lleva a afirmar verdaderas sandeces, como decir que los atentados terroristas son culpa del imperialismo occidental, o que los países primermundistas se buscaron los ataques terroristas.
Pues en el número 15 de Dabiq —la edición más reciente de la revista del Daesh—, el grupo terrorista expone las razones por las que nos odian. El artículo se titula Why We Hate You & Why We Fight You —Por qué los odiamos y combatimos— (págs 30-33):
1. Los odiamos, en primer lugar, ya que son incrédulos; ustedes rechazan la unicidad de Alá —ya sea que se den cuenta o no— al hacer interlocutores para él en el culto, ustedes blasfeman contra Él, afirmando que tiene un hijo, ustedes fabrican mentiras en contra de Sus profetas y mensajeros, y ustedes caen en toda clase de prácticas diabólicas. Por esta razón se nos ordenó declarar abiertamente nuestro odio a ustedes y nuestra enemistad hacia ustedes”. […] Por otra parte, al igual que su incredulidad es la principal razón por la que los odiamos, su incredulidad es la principal razón por la que los combatimos, ya que se nos ha ordenado combatir a los infieles hasta que se sometan a la autoridad del islam, ya sea volviéndose musulmanes, o mediante el pago de la yiziah — para los que se ofrece esta opción — y la vida en la humillación bajo el dominio de los musulmanes.
[…]
2. Los odiamos porque sus sociedades laicas y liberales permiten las mismas cosas que Alá ha prohibido, mientras que prohíben muchas de las cosas que Él ha permitido, un asunto que no les concierne, porque ustedes separan la religión y el Estado, lo que otorga autoridad suprema a sus caprichos y deseos a través de los legisladores a los que dan poder con sus votos. De este modo, ustedes desean robarle a Alá su derecho a ser obedecido y ustedes desean usurpar ese derecho para sí mismos. […] Su liberalismo secular los ha llevado a tolerar e incluso apoyar los “derechos de los homosexuales”, a permitir que el alcohol, las drogas, la fornicación, el juego y la usura se propaguen, y a animar a la gente que se burla de los que denuncian estos sucios pecados y vicios. Como tal, libramos una guerra contra ustedes que les impida propagar su incredulidad y libertinaje —el laicismo y el nacionalismo, sus pervertidos valores liberales, el cristianismo y el ateísmo— y toda la depravación y corrupción que conllevan.
[…]
3. En el caso del marginal ateísmo, los odiamos y les declaramos la guerra porque no creen en la existencia de su Señor y Creador. Ustedes son testigos de la extraordinariamente compleja composición de los seres creados, y las sorprendentes e inexplicablemente precisas leyes físicas que gobiernan el universo entero, pero insisten en que todo ello se produjo por azar y que uno debe ser criticado, burlado, y condenado al ostracismo por reconocer que los sorprendentes signos que presenciamos cada día son la creación del Sabio, Omnisciente Creador y no el resultado de la ocurrencia accidental. […] Su falta de fe en el Creador los conduce aún más a negar el día del juicio, afirmando que “sólo se vive una vez”.
[…]
4. Los odiamos por sus crímenes contra el islam y libramos una guerra contra ustedes para castigarlos por sus transgresiones contra la religión. Mientras sus sujetos sigan burlándose de nuestra fe, insultando a los profetas de Alá —incluyendo a Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Mahoma— quemando el Corán, y denigrando abiertamente de las leyes de la sharía, seguiremos tomando represalias, no con consignas y pancartas, sino con balas y cuchillos.
5. Los odiamos por sus crímenes contra los musulmanes; sus drones y aviones bombarderos matan, y mutilan a nuestra gente en todo el mundo, y sus marionetas en las tierras usurpadas de los musulmanes oprimen, torturan y libran la guerra contra cualquiera que diga la verdad. Como tal, los combatimos para que dejen de matar a nuestros hombres, mujeres y niños, para que liberen a los que han encarcelado y torturado, y para tomar venganza por los innumerables musulmanes que han sufrido como resultado de sus acciones.
6. Los odiamos por la invasión de nuestras tierras y los combatimos para rechazarlos y expulsarlos. Mientras hay una pulgada de territorio para que reclamemos, la jihad continuará siendo una obligación personal de cada musulmán.
Lo que es importante entender aquí es que, aunque algunos podrían argumentar que el alcance de sus políticas exteriores es lo que impulsa nuestro odio, esta razón particular para odiarlos es secundaria, de ahí la razón de que la dejamos para el final de la lista anterior. El hecho es que, incluso si ustedes dejaran de bombardearnos, encarcelarnos, torturarnos, vilipendiarnos y usurpar nuestras tierras, seguiríamos odiándolos porque nuestra principal razón para odiarlos no dejará de existir hasta que abracen el islam. Incluso si fueran a pagar la yiziah y vivir bajo la autoridad del islam en la humillación, seguiríamos odiándolos. Sin duda, nosotros dejaríamos de combatirlos entonces como dejaríamos de combatir contra los infieles que entran en un pacto con nosotros, pero no dejaríamos de odiarlos.
Vale la pena repetir una vez más que las principales víctimas del terrorismo islámico son musulmanes… sólo que Daesh y demás organizaciones siniestras los consideran incrédulos, por no ser de la misma secta. Si en realidad les preocuparan sus correligionarios, tal vez no los matarían y mutilarían ellos mismos.
En todo caso, no lo pudieron poner más claro: nos odian porque su libro de pócimas y su amigo imaginario se lo ordenan — no faltará el típico apologista del terrorismo que insista en quitarle el mérito al Daesh, negándole agencia a los terroristas sobre sus propios actos y volverá con su peligroso buensalvajismo a insistir en que la culpa es de las víctimas. Pobrecitos: a la primera de cambio, cualquier militante del Daesh los mataría antes de que pudieran exhibir ese pseudo-progresismo con el que justifican y excusan todo tipo de atrocidades.
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Publicado en De Avanzada por David Osorio