Hace unos días vimos cómo los padres wayú se llevan a los niños desnutridos de los hospitales para que en vez de recibir verdadera medicina, sean atendidos por el chamán de sus tribus — esto es jugar con las vidas de los niños, que no tienen la culpa de haber nacido en una cultura científicamente atrasada, incapaz de tratar efectivamente la desnutrición.
Y el devaneo multicultural apenas comienza. Ahora las autoridades indígenas han redoblado su apuesta y no permiten el ingreso de los programas del ICBF a sus comunidades:
Cerca de 33 autoridades tradicionales indígenas wayús, del municipio Riohacha, tomaron la decisión de no permitir el ingreso de los programas del ICBF en sus comunidades, hasta tanto no se diseñe una estrategia de atención a la primera infancia de acuerdo con sus realidades y necesidades.
Esto a raíz del pronunciamiento de la Fiscalía de judicializar a los padres wayús que exigen que sus hijos sean atendidos por la ‘outsuu’ (medicina tradicional), por lo cual los han retirado de los centros de salud y ponen en riesgo, según las autoridades, la vida de los menores. Además, el ICBF abrirá un proceso de restablecimiento de derechos contra los padres que no les presten la atención necesaria y asumirá la protección de los menores.
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La preocupación ahora es que los líderes y docentes no se atreven a sacar a los menores en riesgo de desnutrición de sus comunidades. “Estamos en una situación difícil, quedamos en el fuego cruzado, si sacamos a los niños podemos tener represalias con los hermanos indígenas y si no, con la cultura occidental; es el momento de que se tomen acciones verdaderas”, sostiene la docente Yaneth Cataño.
Anteriormente los menores eran sacados de sus comunidades por líderes, docentes, auxiliares o un equipo psicosocial y llevados obligatoriamente a los centros de salud. Ahora, el que ayudaba a sacar a los menores de las instituciones ya no lo va a hacer ante el temor de que le ‘manden la palabra’, una tradición wayú por cometer una falta y en la que se debe pagar una compensación si el padre del menor es judicializado.
Wow! Recurrir al chantaje, poniendo en peligro las vidas de niños inocentes, todo con tal de que los dejen practicar su pseudociencia. Esta gente cree que los niños son de su propiedad y tomarán represalias contra quien se atreva ayudar a esos niños. No es muy diferente de la mafia…
¡Y pensar que hay gente que dice que esas culturas deben respetarse y que son igual de valiosas a la Ilustración!
(imagen: Wikipedia)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio