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La religión moderada es como jugar fútbol con las manos

Hace unas semanas expliqué que los llamados ‘extremistas’ religiosos son los creyentes más fieles y que, a la vez, el creyente moderado ha decidido ignorar ciertos pasajes de su libro sagrado para evitarse la disonancia cognitiva de intentar conciliar este con la ética laica del siglo 21 con la que vive su día a día.

Ahora, en el Diario de un ateo han hecho una comparación entre la religión y el fútbol, donde queda claro que la religión moderada es como jugar fútbol con las manos:

Así entonces esos creyentes a la carta, que consideran que algunos pasajes de la Biblia son literales, mientras que otros más problemáticos, como son el exterminio de homosexuales, ateos o lesbianas o el sojuzgamiento total de la mujer a los designios del rey de la creación (el macho patriarcal) no pueden ser nunca verdaderos creyentes.

Si se permite un símil futbolístico sería algo así como que se pudiera elegir a la carta aquellas reglas del fútbol que más convinieran en cada momento a cada persona. Así unos jugadores dirían que vale meter un gol con la mano, algunos que el campo puede ser cuadrado, otros que se puede poner una barrera ante un penalti, un cuarto grupo argumentaría que el fuera de juego es una norma caduca y otros dirían que una patada por detrás nunca es falta.

El resultado para cualquier aficionado al deporte rey de estas “reglas a la carta” sería del todo evidente: esos supuestos futbolistas “moderados o modernos”, que consideran caducas muchas de los cánones futbolísticos y que interpretan o reinterpretan una y otra vez a su antojo las claras normas del balompié podrán decir que “juegan” a alguna cosa, pero nunca podrán defender que lo que practican es fútbol.

No se puede poner más claro — la excusa de la interpretación es eso, una excusa, que pone alguien que traiciona por igual la racionalidad y la creencia religiosa que dice profesar, para encontrar un punto de equilibrio que le ofrezca tranquilidad emocional.

Claro, con la moderación se han reducido las atrocidades de inspiración religiosa, pero eso no hace que sea menos deshonesta intelectualmente.

Y si alguien es tan poco riguroso con sus creencias más íntimas, resulta aún más absurdo que espere que los demás las respetemos.

(imagen: Wikipedia)

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Publicado en De Avanzada por David Osorio

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