En su afán de canonizaciones express, el papa Frank beatifica y canoniza todo lo que se mueva. Por ejemplo, esta semana anunciaron el primer paso para la beatificación del sacerdote colombiano Rafael Almansa Riaño.
Para que un clérigo sea beatificado se requiere que haya hecho un ‘milagro’ después de muerto y dicen que Almansa hizo uno:
¿Qué se necesita para que el padre Almansa ascienda a los altares? El próximo paso será la beatificación, para la cual se necesita la comprobación de un milagro en el que el sacerdote colombiano haya intercedido.
Ese testimonio, según supo EL TIEMPO, ya se adelanta en la Santa Sede. Se trata del caso de una mujer que padece la enfermedad de corea de Sydenham –similar al mal de Parkinson-, y cuya hija nació libre de esa dolencia, que es considerada hereditaria. Y después de la beatificación vendría la canonización, para la cual también se tendrá que presentar un nuevo milagro.
La corea de Sydenham es un trastorno neurológico caracterizado por movimientos irregulares, bruscos, relativamente rápidos e involuntarios de los músculos de la cara, el cuello, el tronco y las extremidades. Suele presentarse en niños y en mujeres embarazadas.
A pesar de que puede ser hereditaria, no siempre se hereda, por lo que la supuesta alma de Almansa no hizo un soberano comino. Una mujer embarazada que tenía corea de Sydenham y le rezaba a Almansa dio a luz a un hijo sano y salvo… como han hecho muchas otras mujeres embarazadas con Sydenham que no le rezaron a Almansa.
Para rematar, la corea de Sydenham no requiere tratamiento ya que los síntomas son muy leves y la mayoría de veces la condición desaparece por sí sola tras unos meses.
Mejor dicho, en el Vaticano están beatificando a un tipo que no hizo nada que no ocurra naturalmente, supuestamente previniendo una enfermedad que por lo general no es más que una molestia pasajera, y que suele hacer remisión espontánea — siendo así, ¡todos deberíamos ser beatificados!
(imagen: CM&)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
