En Manizales (Caldas), un juez ordenó que se suspenda el toque de las campanas de la iglesia católica del barrio residencial Palermo:
La sede de la iglesia está en un sector residencial rodeado de modernos edificios y casas en el que reside el alcalde de la ciudad, José Octavio Cardona León, y funcionan la sede del batallón Ayacucho, centros comerciales, colegios y la clínica psiquiátrica San Juan de Dios.
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Advirtieron que en la cercanía a la sede religiosa el sonido de las campanas, varias veces al día, los despierta temprano y no los deja dormir y descansar a esa y a otras horas.
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El cura párroco Diego García trabaja con sus feligreses para lograr que se modifique la decisión judicial bajo el argumento que son mayoría y que es un precepto religioso respetable.
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Martha Estrada, una de las feligresas, atribuye la denuncia a habitantes del frente del templo, de quienes cuestionaron la falta de religiosidad.
¡Plop! ¿Y entonces porque son mayoría tienen derecho a irrespetar las horas de sueño de los demás?
¡¡Por cierto, creo que no podría encontrar un mejor cumplido para alguien que la falta de religiosidad!! Faltos de religiosidad o no, los ciudadanos tienen derecho a sus horas de sueño, sin que los preceptos religiosos ajenos —mayoría o no— interfieran con su tranquilidad.
Eso por no hablar de que en las inmediaciones de la iglesia hay una clínica psiquiátrica — ¿entonces los pacientes que requieren atención en salud mental tienen que aguantarse sonidos que les pueden resultar inquietantes porque tienen la mala suerte de estar internados en un sector con mayoría católica?
Y hay un colegio: ¿los estudiantes deben ver interrumpido su derecho a la educación, sólo porque por ahí cerca hay hay una mayoría que optó por la ignorancia y no el conocimiento?
Es que flipo de ver que en pleno siglo 21 alguien crea que “ser mayoría” es una patente de corso para ir por la vida imponiéndole sus creencias a los demás.
(vía Ángel Ricardo)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio