En noviembre de 2015 miles de personas renunciaron la iglesia mormona. En ese entonces, la cuenta iba por 2.500 apóstatas.
Hoy rondan las 6.500. ¿Cómo pasó esto?
Con algo de tecnología y un abogado humanista:
[La página] QuitMormon ofrece representación legal gratuita a personas dispuestas a renunciar a su membresía.
En caso de que se estén preguntando por qué los exmormones podrían necesitar la ayuda de un abogado y por qué no pueden simplemente “salirse” por cuenta propia, es porque la Iglesia no los dejará ir. Si quieres salirte, van a enviar gente a tu casa para convencerte de que no lo hagas. Contactarán a tu familia y vecinos para hablar sobre ti. Básicamente te van a acosar hasta que vuelvas. Y entonces, sólo para que sea más difícil para uno, lo hacen llenar papeleo con el fin de ser retirado oficialmente de sus listas.
Un abogado puede servir como intermediario, llenando los formularios en tu nombre y siendo el contacto tuyo que tiene la Iglesia. Si la Iglesia no confirma que recibieron tus documentos, el abogado pueda hacer un seguimiento para que no tengas que hacerlo. Cualquiera que haya pasado por el proceso puede decirte de cuánto alivio habría sido ese tipo de ayuda.
Mark Naugle es un abogado que ha estado ayudando a muchos mormones en el proceso. No fue sino hasta hace poco que un ingeniero de sistemas contactó a Mark y ayudó a crear una página web para facilitar todo este proceso.
Lo más increíble de todo es que QuitMormon sólo ha estado funcionando por un mes y con eso ya consiguió que que la cifra de personas que dejan la iglesia supere el doble de lo que iba hace apenas tres meses.
A pesar de que la Iglesia Católica no acosa a sus apóstatas —y no lo necesita tanto, pues en muchos casos son los propios familiares los que se encargan de presionar al emancipado para que vuelva— y la renuncia a la Iglesia Católica es relativamente sencilla, el proceso todavía dista de estar a un click de distancia — los esbirros del Vaticano no tienen esa información digitalizada, ni accesible (y, precisamente, por este tipo de cosas, tampoco parecen muy interesados en facilitar las cosas).
A pesar de que en muchos países —como Colombia— exigen que la renuncia sea hecha de manera personal, seguramente se podría utilizar a un abogado como apoderado — sólo necesitamos a alguien dispuesto a hacer lo que Mark Naugle hace por los mormones.
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
