Desde 2015, el papa Francisco ha amenazado con venir a Colombia y parece que la visita sería en 2017. Todo parece apuntar a que el gobierno colombiano —que acaba de entrar en modo austeridad— está dispuesto a pagar la visita como cuando viene cualquier otro jefe de Estado… lo cual estaría muy bien si fuera cierto.
Pero Francisco sólo visita países con un único fin — promover la superstición de la que vive a cuerpo de rey, y la evidencia está ahí para que veamos. Por ejemplo, este sábado, Francisco se reunirá con sus súbditos colombianos para afinar detalles de la visita:
En el encuentro participarán el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Augusto Castro; el cardenal Rubén Salazar Gómez; el vicepresidente del episcopado, monseñor Óscar Urbina, y el secretario general de la misma, monseñor José Daniel Falla.
Se espera que allí se definan la fecha exacta del viaje del pontífice argentino a Colombia y la agenda que sostendrá durante los días que permanezca en el país.
Si la visita realmente fuera diplomática —en vez de religiosa—, este tipo de reuniones de coordinación se haría por medio de las embajadas y demás cuerpos diplomáticos con los que cuentan ambos países. ¿Qué tienen que discutir los sacerdotes colombianos de la agenda política y diplomática del país? Nada, porque Colombia es un Estado laico.
Por esta vez sería agradable que los católicos cumplieran sus propios mandamientos y no robaran ni mintieran — porque si aunque cumplir sus propios mandamientos se les da fatal, hay algo para lo que son aún peores: inventarse excusas para mantener su privilegio religioso.
(imagen: Catholic Church England and Wales)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio