El año pasado Dinamarca le solicitó a la European Medicines Agency (EMA — Agencia Europea de Medicamentos) que revisara las vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) para ver si causaban mareo, desmayos, dolores o molestias (o sus nombres clínicos, síndrome de dolor regional complejo —CRPS— y síndrome de taquicardia postural ortostática —POTS—).
Pues el Comité de Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia de la EMA (PRAC) publicó sus conclusiones finales en noviembre y sus hallazgos confirman lo que ya sabíamos — la vacuna contra el VPH es segura:
Más de 80 millones de niñas y mujeres en todo el mundo han recibido ahora estas vacunas, y en algunos países europeos se les han dado al 90% del grupo de edad recomendada para vacunación. Se espera que el uso de estas vacunas prevenga muchos casos de cáncer de cuello uterino y otros tipos de cáncer y enfermedades causadas por el VPH.
Los síntomas de CRPS y POTS pueden solaparse con otras condiciones, dificultando el diagnóstico, tanto en la población general como en los individuos vacunados. Sin embargo, las estimaciones disponibles indican que en la población general alrededor de 150 niñas y mujeres jóvenes por millón en edades de 10 a 19 años pueden desarrollar CRPS cada año, y por lo menos 150 niñas y mujeres jóvenes por millón pueden desarrollar POTS cada año. La revisión no encontró pruebas de que las tasas globales de estos síndromes en niñas vacunadas fueran diferentes a las tasas esperadas en estos grupos de edad, incluso teniendo en cuenta el posible subregistro. El PRAC observó que algunos de los síntomas de estos síndromes se pueden solapar con el síndrome de fatiga crónica (SFC, también conocido como encefalomielitis miálgica o ME). Los resultados de un gran estudio publicado no mostraron ninguna relación entre la vacuna contra el VPH y el síndrome de fatiga crónica. Como muchos de los informes considerados en la revisión tienen características de síndrome de fatiga crónica y algunos pacientes tuvieron diagnósticos tanto de POTS como de SFC, estos resultados fueron considerados relevantes para la evaluación actual.
Teniendo en cuenta la totalidad de la información disponible, el PRAC concluyó que la evidencia no apoya que las vacunas contra el VPH (Cervarix, Gardasil, Gardasil 9, Silgard) causen CRPS o POTS. Los beneficios de las vacunas contra el VPH siguen siendo superiores a sus riesgos.
La seguridad de estas vacunas debería seguir siendo vigilada cuidadosamente. Esto debería incluir el seguimiento de los informes de CRPS o POTS para determinar las características clínicas relevantes, identificar posibles casos de POTS y CRPS basados en amplias estrategias de búsqueda, incluyendo detalles de resultado y comparar las tasas de notificación con la información disponible sobre la epidemiología conocida de POTS y CRPPS.
Esto no es nada nuevo — la revisión de la EMA se suma al ya de por sí inmenso cuerpo de evidencia de que la vacuna contra el VPH es segura.
Las mentiras contra la vacuna no soportan el más elemental examen crítico y es una vergüenza que se estén gastando el dinero de los contribuyentes en investigar las afirmaciones gratuitas de los traficantes del miedo.
(imagen: Blake Patterson)