Como el papa Frank canonizará a Teresa de Calcuta y toda canonización requiere de dos ‘milagros’, bien vale la pena conocer los que se le adjudican a esa promotora de la miseria, el dolor, el sufrimiento y la pobreza, que realmente se llamaba Agnes Gonxha Bojaxhiu.
El primer ‘milagro’ atribuido a Teresa de Calcuta es el de Monica Besra, quien se habría curado de un tumor abdominal al poner una foto de la monja sobre su estómago. El problema, claro, es que Besra recibió tratamiento durante años:
El Sr. [Prabir] Ghosh dice varios médicos han reportado al gobierno de Bengala Occidental que la Sra Besra siguió recibiendo tratamiento mucho después de que la Madre Teresa murió.
Él dijo que la Sra Besra fue admitida al hospital con dolores de cabeza crónicos y dolor abdominal severo, al menos, un año después de la muerte de la Madre Teresa.
Los médicos dicen que si la historia del milagro consigue lo que describen como publicidad indebida, los aldeanos analfabetos y pobres pueden dejar de tomar el tratamiento médico para sus enfermedades y buscar curas milagrosas.
La similitud en la conducta de Bojaxhiu y Besra es digna de resaltar. Mientras promovían la superstición y el sufrimiento, ellas no tuvieron ningún empacho en recibir los beneficios de la medicina que, de una forma u otra, le terminaron negando a los demás.
El segundo ‘milagro’ de Teresa de Calcuta es aún más descabellado:
Hay pocos detalles sobre la recuperación del brasileño, cuya vida, dice el Vaticano se salvó en el segundo milagro.
Su identidad no ha sido revelada para mantener la discreción necesaria para la investigación, ha dicho que la Agencia Católica de Noticias.
Se dice que se curó inesperadamente de tumores cerebrales en 2008 después de que su sacerdote oró por la intervención de la Madre Teresa con Dios.
¡¡O sea fue una remisión espontánea común y corriente!!
Tampoco es para sorprenderse, pues esta es la mediocridad típica del Vaticano — un ‘milagro’ es un evento que suspende las leyes naturales, pero estos casos de curación de cáncer que tienen explicaciones científicas mucho más plausibles no se asemejan ni remotamente a suspender ninguna ley física.
¿Por qué ninguno de los santos, ni todos ellos combinados, puede interceder ante su horroroso dios para que a los amputados les vuelvan a crecer las extremidades? Un dios que sólo puede hacer cosas completamente factibles y hasta producto de la medicina moderna es bastante inútil, ¿no?