La semana pasada, la Corte de Hawái revocó el permiso para construir un megatelescopio porque los nativos consideran que la montaña es sagrada:
La Corte Suprema de Hawái ha dictaminado que el permiso de construcción para el Telescopio de Treinta Metros (TMT) en la parte superior de la montaña Mauna Kea no es válido. La decisión del 2 de diciembre es un duro golpe para el consorcio internacional detrás del telescopio de $1.500 millones y una victoria para los hawaianos nativos que han protestado en contra de su construcción en lo que consideran una cumbre sagrada.
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Debido a que la montaña es un pico que sobresale en el medio del océano Pacífico, el cielo de Mauna Kea está entre los más claros del mundo. Algunos hawaianos nativos dicen que los beneficios para la astronomía no compensan la necesidad de respetar y proteger el entorno natural y cultural. Muchos de ellos alabaron la decisión del tribunal en redes sociales.
Una vez más, el progreso humano se ve obstaculizado por una superstición que cree que todos deben regirse por sus reglas. A ver, los posibles “beneficios para la astronomía” del TMT incluyen poder detectar señales de vida en otros sistemas solares y proporcionar pistas sobre los orígenes del Universo.
No sé cómo unas creencias irracionales podrían superar eso, ni cómo averiguarlo es irrespetar el entorno natural de la montaña — ampliar nuestro conocimiento sobre el Universo y sus orígenes mejora nuestra conexión con el mundo y nos permite conocer más sobre nuestro pasado y el de prácticamente todo lo que existe. ¿Qué mayor respeto por el entorno cultural?
(vía Gladwyn Burks | imagen TMT)