Janín Angelina Farías es una promotora del pensamiento mágico, quien le miente a diario a la audiencia del programa Muy Buenos Días en el canal RCN.
En Las 2 Orillas hicieron un perfil de Farías bastante repelente — antes que periodismo, es un publirreportaje, que tiene mal hasta el título: “La astróloga de RCN anticipa la derrota de Maduro en Venezuela“… pero el actual dictador venezolano no es nombrado en toda la nota. (Igual, desde que se prestaron para traficar el pánico contra la vacuna del VPH, no espero nada de calidad en Las 2 Orillas, salvo la columna semanal de Pala.)
En todo caso, la nota sirve para conocer la historia de Farías o, al menos, su versión de su historia. Por ejemplo, uno no sabe si sentir alivio de que la charlatana haya estafado al dictador Hugo Chávez, endulzándole el oído —y es que Chávez se creía cualquier cuentico metafísico por absurdo que fuera, era la víctima perfecta para Farías y vendedores de humo por el estilo—.
Al final de la nota, nos cuentan cuáles son los proyectos de Farías:
Tiene una línea 901 que es una especie de call center de astrólogos. Distribuye su tiempo entre sus dos consultorios en el norte y centro de Bogotá donde atiende a sus clientes, entre los que se destacan reconocidos políticos, artistas y empresarios, de quienes no puede hablar porque en su gremio también se maneja lo del secreto profesional.
[…]
Desde los 21 años Janin quiere montar una escuela de parasicología y aún no desiste de esa idea que está en sus planes futuros, la de crear un centro de adiestramiento espiritual. Lleva tres años con su libro de rituales, interpretación de los sueños y temas paranormales en stand by, pero ya sale el otro año. Las fotos que usará se las tomará en zonas energéticas específicas de Colombia como Guatavita, la capital religiosa de los muiscas cuya laguna sagrada dio origen a la leyenda de El Dorado, la Sierra Nevada de Santa Marta y el desierto de la Tatacoa en el Huila.
Lo de los políticos consultando charlatanes no es nada nuevo, pero siempre es preocupante que sigamos eligiendo analfabetos y creyentes en la superchería. (El más sonado es el de Mario Iguarán y Armando Martí, pero los casos abundan.)
Lo de la escuela y el centro de adiestramiento suena chistoso, pero esconde una realidad terrible: Farías espera lucrarse a costa de la ignorancia ajena. Es lo que ha hecho toda la vida —y en lo que consiste su libro—, pero recibir dinero directamente de personas a las que seguramente no les sobra, a cambio de enseñarles paparruchadas que no sirven sino para estafar a otros, es particularmente condenable dentro de esta serie de despropósitos.
Para terminar, los dejo con un video del 2006 donde exponen los trucos de Farías y cómo engañó al público en la televisión argentina:
(imagen: Rodrigo Pérez)