Esta semana circula una grave denuncia de esclavitud sexual contra la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol y de María Madre de la Iglesia:
El papa Francisco ha solicitado que se publiquen las denuncias de esclavitud sexual del exmiembro de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol y de María Madre de la Iglesia (MCSPA, por sus siglas en inglés). Además de su actividad religiosa, la organización ejecuta misiones de desarrollo en África y Sudamérica.
Paulino, de 36 años —se desconoce su verdadera identidad—, es una de sus víctimas. “He sido esclavo laboral y sexual de un grupo de depravados encubierto por jerarcas de la Iglesia. En los tres años que estuve en la misión de Nariokotome (Kenia) me trataron como una bestia de carga. Éramos unas 30 personas y, a la esclavitud laboral, se le sumaba la esclavitud sexual. Nos decían que Dios quiere que tengamos una vida sexual activa y que también desea que vayamos desnudos, porque nos creó así. Ayúdeme, Francisco. Ponga un poco de alivio en mi alma rota. No permita que otros muchachos pasen por ese infierno”, presenta su queja la víctima, citada por ‘El País’, que investiga el caso.
No es la primera vez que denuncian a la MCSPA, cuyos fundadores ya fueron castigados por el Arzobispado de Barcelona en 1995, pero sí es la primera que llega a manos de Francisco, por lo que existen más opciones de que la Santa Sede responda.
La denuncia, que ocupa siete folios, llegó al papa Francisco a través de teólogo José Manuel Vidal, quien recibió órdenes de publicar un informe con las quejas.
Después de que Francisco respaldó a un obispo sobre el que pesan denuncias de proteger pederastas, mucho me temo que este caso va a quedar en la impunidad. Y si Juan Pablo II protegió a Marcial Maciel, ¿por qué no iba Francisco a proteger a la MCSPA?
(vía Juancho Vargas | imagen: Catholic Church England and Wales)