Mientras en Bogotá el padre Chucho se ‘comprometió’ a respetar el espacio público, la invasión del mismo por parte de feligreses católicos sigue siendo un problema en casi todo el resto del país.
Por ejemplo, la catedral de Pereira se toma la calle para que sus fieles parqueen ahí — la Asociación de Ateos de Pereira denunció este hecho el fin de semana (min 1:50):
Siguiendo el modus operandi del padre Chucho, la Catedral ya se había comprometido a respetar el espacio público después de las primeras denuncias, pero volvieron a su hábito de quebrantar la ley a su favor apenas se calmaron los ánimos.
A ver si el Instituto Municipal de Tránsito y Transporte de Pereira deja la pereza y se pone a trabajar los domingos.