La sede en Bogotá de la Universidad Nacional desperdicia buena parte de sus recursos en promover el catolicismo.
Pues la sede de Manizales se ha infectado con lo mismo y ahora tienen una Pastoral Universitaria, pagada con dinero de todos los contribuyentes. Por ejemplo, la que antes era una bonita sala de estudios hexagonal fue convertida en la oficina del capellán —¡que incluye cocina privada!—:
Por supuesto, el espacio ha sido aprovechado para promover eventos católicos, como el Campus Christi 2015.
Tres estudiantes recurrieron al sistema de quejas y reclamos para protestar por esta clara violación del Estado laico y los tres recibieron la misma respuesta mediocre, que parece más bien un chorrado de babas, hecha por el propio capellán —un tal Héctor Adrián Gaviria Chica—:
• El espacio que se tiene como oratorio en el Campus Palogrande, se convierte en punto referente para el crecimiento de la espiritualidad, como base esencial en la formación integral que requieren los nuevos profesionales. Considerando su criterio de observación, puede verificar que éste señalado lugar no contiene imágenes y otros símbolos religiosos específicos con el propósito de guardar respeto a otros cultos, por lo que esta consideración neutra en su decoración puede dar lugar a su utilización por otros grupos religiosos solicitando respetuosamente el uso de este lugar como se viene haciendo hasta la fecha.
• Teniendo en cuenta la experiencia y recomendaciones de la sede Bogotá en la Universidad dado su carácter plural y laico, el hecho religioso puede estar presente de diferentes maneras: como vivencia para los creyentes y como hecho social y cultural para los no creyentes. En este caso, dicho hecho es ante todo objeto de análisis y exploración, no olvidando que también para los creyentes lo es. Por eso las acciones de la capellanía se orientan al reconocimiento y valoración de lo religioso en la Universidad en sus distintas formas de expresión, realización, estudio e investigación.
Por último, el señor Gaviria cita el acuerdo 045 de 1991 del Consejo Superior Universitario, que reglamentaría las funciones de la capellanía… algo que quedó derogado con la nueva Constitución, cuando se estableció que Colombia es un Estado laico.
Los otros dos puntos se caen de su propio peso: uno no necesita la espiritualidad —lo que quiera que eso sea— para ser buen profesional o hacer bien su trabajo (pueden preguntarle a Steven Weinberg). Lo de las imágenes es una mentira como la copa de un pino y queda demostrado con la estatua de la ‘virgen’ María sobre el escritorio del propio Gaviria y seguro que a los hindúes, musulmanes, budistas, jainistas, sikh, mormones y testigos de Jehová no les hace ninguna gracia que la persona a cargo sea un sacerdote católico
Por último, si bien el hecho religioso puede estar presente de distintas maneras, ninguna de ellas puede ser promovida o patrocinada con recursos públicos.
Parece que los estudiantes que reclamaron van a interponer un derecho de petición. Si/cuando sepamos algo más, estaremos informando.
(vía Diego McGrath)