Cuando algunos visitantes chilenos al Vaticano le reclamaron al papa Francisco el nombramiento de un obispo que habría protegido a un sacerdote pederasta, el Sumo Pontífice los mandó a freír espárragos:
El 6 de mayo pasado, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, fieles chilenos se acercaron al Papa Francisco para pedirle que enviara un mensaje a los feligreses de la ciudad sureña de Osorno, a 950 kilómetros al sur de Santiago, donde la Iglesia católica enfrenta una severa crisis desde la asunción del sacerdote Juan Barros como obispo. Las víctimas de abuso sexual de Fernando Karadima, de inmensa influencia en la elite chilena y suspendido de por vida luego de ser condenado por el derecho canónico, acusan a Barros de encubrimiento y las protestas no han cesado desde que el 21 de marzo comenzó a liderar la Iglesia local. Francisco, en Roma, accedió a la petición de los visitantes y, de acuerdo a un vídeo de Youtube que ha dado a conocer el canal de televisión Mega, no sólo le entregó su respaldo a Barros, sino que aconsejó a los católicos de Osorno: “Piensen con la cabeza y no se dejen llevar de las narices por todos los zurdos, que son los que armaron la cosa”.
El Papa defendió a Barros y señaló que “la única acusación contra ese obispo fue desacreditada por la corte judicial, así es que por favor no pierdan la serenidad”. En el vídeo de un minuto y veinte segundos, que fue grabado por un turista argentino, el Papa indica que “la Iglesia perdió la libertad dejándose llevar la cabeza por políticos, juzgando a un obispo sin ninguna prueba, después de 20 años de ser obispo”.
“Yo soy el primero en castigar y juzgar a alguien que tiene acusaciones de ese tipo, pero en este caso ni una prueba, al contrario, de corazón se los digo”, indicó el Papa, que también se permitió referirse a la crisis que enfrenta la Iglesia católica de Osorno. “Osorno sufre, sí, pero por tonta, porque no abre su corazón a lo que Dios dice y se deja llevar por las macanas que dice toda esa gente”.
Hay que aclarar varias cosas: primero, la Iglesia no es democrática, así que el Papa puede nombrar en altos cargos a cuantos protectores de pederastas y pederastas le venga en gana… como ha hecho siempre. Si hay católicos a los que les molesta eso, bien pueden salirse, pero reclamarle a una entidad totalitaria y teocrática que tenga algo de decencia es una ilusión naïf de ciudadanos que han tenido la fortuna de vivir en una democracia y creen que se puede reclamar ante todo lo que no les parece. Pues no. Son sistemas diferentes, regidos por reglas diferentes y no se le puede imponer el uno al otro.
Segundo, la Iglesia es mundialmente archiconocida por ocultar evidencia condenatoria de las autoridades laicas — ¿qué tan cínico hay que ser para afirmar que no hay “ninguna prueba” en un caso, precisamente, de encubrimiento de un delito?
Por último, para no haber “ninguna prueba”, en Osorno ciertamente hay una cantidad considerable de ciudadanos más que dispuestos a aportar testimonios e indicios sobre las conductas de Barros y Karadima. Si no hay evidencias es porque no se han molestado en escuchar a quienes podrían señalar en la dirección correcta.
Curiosamente, a Francisco y su putrefacta Iglesia nunca antes les ha incomodado la ausencia de pruebas de su dios para juzgar ateos, gays y librepensadores, ni para envenenar las políticas públicas de distintos países con su doctrina. ¡Ahh, lo cómodo que es jugar con dobles raseros!
(vía Logares Billet | imagen: Catholic Church England and Wales)