Cifras y Conceptos acaba de publicar un estudio sobre votantes cristianos y su peso demográfico.
Si no les va bucear en una docena de diapositivas con gráficas de barras, también podemos remitirnos al análisis de resultados que hace César Caballero, gerente de la firma — en resumidas cuentas, son una demográfica de peso:
Desde hace dos años hemos venido incluyendo la pregunta de afinidad religiosa en nuestras encuestas de carácter político y de forma consistente los cristianos marcan entre un 14% y un 16% en las cinco grandes ciudades. ¿Que sabemos hoy de los votantes activos que se reconocen como cristianos? Varias cosas:
– El peso de las mujeres es mucho mayor. Mientras [que entre] los votantes activos las mujeres son el 44% entre los cristianos llegan al 52%.
– Por nivel educativo, marcan una diferencia en las personas con educación técnica y tecnológica, 21% de los cristianos frente al 18% de los demás votantes.
– Por afinidad política, tienen una leve diferencia con los demás votantes: los sin partido cristianos son 49% y en los demás votantes son el 55%.
– Cali es la ciudad donde pesan más proporcionalmente llegando al 22% y Medellín es donde su peso es menor a 10%.
Esto en parte explica porque los distintos partidos y candidatos buscan el voto cristiano. Es importante y muy activo.
También es inconstitucional, aunque a los políticos les traiga sin cuidado violar la Constitución en nombre de la cual planean acceder a un cargo público.
De hecho, que la ‘afinidad ‘religiosa’ —y el “voto cristiano” como expresión de la misma— tenga alguna relación con las demográficas electorales pone de manifiesto la precariedad de la democracia colombiana, pues el aparato estatal no debe ser utilizado para imponer creencias privadas o negarle derechos a minorías condenadas en libros de pócimas.