El actual Museo Histórico de Cartagena fue la sede del tribunal de la Inquisición católica en la ciudad a finales del siglo XVIII.
Ahora, la dirección del Museo ha tomado una decisión completamente ridícula y retirarán de exhibición los objetos de tortura de su exposición permanente:
Las salas del Museo Histórico de Cartagena serán remodeladas y por ello fueron retirados varios elementos que fueron usados para torturas como la pesa de las brujas, la cama de tortura, las máquinas corta dedos o desgarradoras, entre otros. La idea es evitar que el lugar sea objeto o escenario de fotografías en estos elementos.
El director del Museo, Moisés Álvarez, manifestó que con esta decisión se busca crear conciencia sobre la importancia de los Derechos Humanos.
“Creemos que es necesaria la defensa de los Derechos Humanos, por ellos [sic] decidimos dejar atrás el pasado, tener como centro de atracción o eje estos elementos que fueron usados para la tortura no es un buen mensaje, la exhibición de estos instrumentos de la inquisición desvía el mensaje”, agregó Álvarez.
A ver, ¡¡es un museo histórico!! Toda su razón de ser consiste en no dejar el pasado atrás. Este es un centro para el aprendizaje y la transmisión del conocimiento, donde no se debería maquillar la Historia sólo por no herir las susceptibilidades actuales.
Y ¿cuál es el mensaje que se quiere enviar y que sería desviado? ¿Que la Inquisición no ocurrió? ¿Que no fue tan cruel, brutal, inhumana y despiadada como fue? ¿Que el pasado no fue tan malo? (Es increíble que un director de museo caiga en esto — todo tiempo pasado fue peor; de hecho, el pasado era una mierda.)
Aprender sobre hechos atroces sin florituras ni metáforas es una forma bastante efectiva de evaluar el pasado, y compararlo con el presente invita a la reflexión y a poner las ideas en perspectiva — retirar los objetos de tortura es hacerle un flaco favor a la ciudadanía.
Por cierto: ¿qué derechos humanos se estaban violando con la exhibición? ¿cómo se dejarán de violar en las exposiciones temporales?