Álex Salinas es un transexual católico que fue designado como padrino de bautizo; sin embargo, el obispo de Cádiz negó su postulación porque, según él, la identidad de Álex es “contraria a la naturaleza humana”.
El caso causó tanto revuelo mediático, que el obispo buscó el amparo del Vaticano, que confirmó la decisión:
“Sobre este particular le comunico la imposibilidad de que se le admita. El mismo comportamiento transexual revela de manera pública una actitud opuesta a la exigencia moral de resolver el propio problema de identidad sexual según la verdad del propio sexo. Por tanto resulta evidente que esta persona no posee el requisito de llevar una vida conforme a la fe y al cargo de padrino (CIC, can 874 §1,3), no pudiendo por tanto ser admitido al cargo ni de madrina ni de padrino. No se ve en ello una discriminación, sino solamente el reconocimiento de una objetiva falta de los requisitos que por su naturaleza son necesarios para asumir la responsabilidad eclesial de ser padrino”.
Porque la Iglesia que vende a un tipo que podía caminar sobre el agua y multiplicar peces y que, además, era hijo de una paloma violadora y una palestina virgen está en todas las condiciones para decir qué es contrario a la naturaleza humana y qué no.
Para fortuna del pequeño, sus padres han cancelado el bautismo.
(vía Friendly Atheist | imagen: Facebook)