Como sabrán los lectores habituales, no tengo el mayor aprecio por la filosofía; no entraré en las razones de esto, pero baste decir que me parece que buena parte de la filosofía entorpece el proyecto de conocimiento humano y obstaculiza el progreso.
Caso en concreto, la pregunta de si un árbol hace ruido al caer si no hay nadie cerca. De hecho, la pregunta realmente esconde otra pregunta detrás: ¿es la realidad objetiva o es creada por nuestras mentes?
A los posmodernistas les encanta pensar que la realidad no existe y que es creada por nuestros sentidos, a lo Matrix, pero no podrían estar más equivocados — en esta ocasión, la historia de la medicina y la paleopatología ofrecen respuestas.
Hace unos días, una amiga me preguntó cómo podía estar seguro de que la realidad no es creada por nuestros sentidos. Yo respondí que es la hipótesis que mejor se ajusta a los hechos conocidos: muchas personas y animales murieron de enfermedades que hoy son explicables con la teoría microbiana de la enfermedad, sin que hubiera posibilidad alguna de que imaginaran —tantos, en distintas épocas, con distintas ideas sobre el mundo— que eran atacados por microorganismos (y no empecemos con los animales).
Tampoco es plausible que en el 3000 antes de nuestra Era, se hiciera una descripción precisa del cáncer de seno sin que se tuviera noción alguna del concepto de cáncer. Siguiendo con las enfermedades degenerativas, los que dicen que nosotros creamos la realidad, necesitan hacer mucha gimnasia mental para explicar la presencia de aterosclerosis en sociedades de cazadores-recolectores, quienes ni siquiera alcanzaban a imaginar en sus sueños más salvajes los conceptos de arteria, glóbulos blancos, colesterol o triglicéridos.
Volviendo al árbol: el sonido son ondas mecánicas que se propagan a través de un medio, debido a las oscilaciones en la presión del aire. Al caer, el árbol afecta la presión atmosférica, generando ondas mecánicas que se propagarán incluso si no hay nadie que las escuche.
(Una respuesta más rápida, aunque menos científicamente informada, habría sido que la premisa se autoderrota, pues si la realidad es creada por nuestra percepción, el árbol no podría caer en primer lugar ya que eso requeriría de que nuestra percepción creara la Gravedad y no estábamos cerca para hacerlo.)