En Australia se están llevando a cabo audiencias públicas sobre las acusaciones de que los líderes de los Testigos de Jehová abusaron sexualmente de niños.
En las palabras de inauguración de las audiencias, el Consejero Superior Angus Stewart pone de manifiesto la gravedad de las atrocidades cometidas:
Durante la investigación de este caso de estudio, Atalaya Australia produjo alrededor de 5.000 documentos de conformidad con citaciones emitidas por la Comisión Real el 4 y 28 de febrero de 2015. Esos documentos incluyen 1.006 expedientes relativos a las acusaciones de abuso sexual de menores hechos contra miembros de la Iglesia de los Testigos de Jehová en Australia desde 1950 — cada archivo le corresponde a un presunto autor diferente de abuso sexual infantil.
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Ante la Comisión Real se pondrá evidencia de que de los 1.006 presuntos autores de abusos sexuales a menores identificados por la Iglesia de los Testigos de Jehová desde 1950, ninguno fue reportado por la Iglesia a las autoridades seculares. Esto sugiere que es la práctica de la Iglesia de los Testigos de Jehová retener información con respecto a delitos de abuso sexual infantil, pero no reportar las acusaciones de abuso sexual infantil a la policía u otras autoridades competentes.
Entre otras revelaciones, aprendimos que los Testigos de Jehová no sólo no reportaron a las autoridades sino que destruyeron las notas alusivas a los casos, ninguno de los abusadores fue reprendido o castigado por sus crímenes —más bien, muchos fueron ascendidos—, las autoridades de la Iglesia culpaban de estos delitos a las víctimas, les pareció normal que uno de los Mayores espiara a una niña de 15 años mientras se duchaba y le diera besos en la boca e, incluso, hubo un padre que violó a sus cuatro hijas.
Religión y niños siempre es mala combinación — si amas a tu hijo, déjalo crecer libre y que decida si adopta una religión cuando sea mayor de edad.
(vía JWsurvey y Friendly Atheist)