En 2012, Uganda aprobó una ley para matar homosexuales. Esta salvajada fue impulsada por el pastor cristiano Scott Lively quien se dedicó a hacer lobby en ese país hasta conseguir que la intolerancia fuera consagrada en la ley, hasta el punto de matar a los gays — amor cristiano en su más puro estado o, como se conoce en el mundo civilizado, apología del genocidio.
Pues la gracia le valió a Lively una denuncia por crímenes contra la humanidad. Lively había pedido que se desestimara la demanda y me alegra anunciar que la corte negó su petición y ahora Lively será juzgado por sus actos:
El jueves, un panel de tres jueces de la Primera Corte de Circuito de Apelaciones de Boston falló en contra de Lively, presidente y pastor de Abiding Truth Ministries, un ministerio vehementemente anti-gay conocido por su oposición a los derechos LGBT. La negación significa que la demanda que acusa a Lively de avivar los sentimientos contra los homosexuales en la nación africana de Uganda, entre otras cosas, procederá en la corte federal.
La demanda fue presentada por los abogados de los grupos de derechos humanos Minorías Sexuales de Uganda y el Centro para los Derechos Constitucionales.
Lively le había pedido al panel del Primer Circuito que desestimara la demanda por medio de un recurso de mandamus –una orden emitida por un tribunal superior exigiendo la realización de un acto oficial o deber especificado– pero los jueces negaron la petición.
La demanda alega que Lively alentó a los actos de violencia contra los homosexuales respaldados por el gobierno en Uganda como resultado de su retórica anti-gay, específicamente las observaciones que hizo al dirigirse a los miembros del parlamento de la nación en 2009.
No podemos cambiar la ley de Uganda —de hecho, por la condena mundial tras su aprobación, la ley fue modificada levemente para que los gays ya no sean asesinados sino ‘solamente’ condenados a cadena perpetua—, pero siempre es preferible que Lively sea juzgado por esto a que sus actos queden impunes.
(imagen: Wikipedia)
