En marzo, el Concejo aprobó Bogotá Gospel, un concierto de música cristiana que es organizado por las iglesias evangélicas y en el que sólo tocan las bandas aprobadas por los pastores.
Para que una banda sea aprobada, sus mensajes deben ser lo suficientemente machistas y homofóbicos como para dejarle claro al público que están en contra de los derechos humanos de las mujeres y los LGBTI — o como cínicamente lo llaman los cristianos: “valores”.
El Distrito avaló el concierto pues no hallan suficientes supersticiones en las cuales despilfarrar el dinero de los contribuyentes.
Así que los chicos de la Corporación Bogotana para el Avance de la Razón y el Laicismo (Bogotá Atea) acaban de demandar el Acuerdo, ya que las entidades oficiales están bastante dispuestas a violar la Constitución:
La Corporación Bogotana para el Avance de la Razón y el Laicismo, se permite informar a la opinión pública que ha entablado una demanda de nulidad al acto administrativo del Concejo de Bogotá que hizo del festival de música evangélica “Bogotá Góspel” un evento permanente financiado con dineros públicos.
Con lo que suelen demorar los juicios en el país, es poco probable que haya una sentencia antes del Festival de Verano de este año (cuando se haría el Gospel), aunque no es descabellado esperar que se declaren medidas cautelares (o sea, que se suspenda la realización del concierto hasta que termine el juicio).
Ojalá los jueces hagan lo correcto y defiendan la Constitución y el laicismo — yo no tengo problema con que los creyentes tengan sus conciertos, pero que los paguen con su dinero y no el de todos los contribuyentes.