En estos días se estrenó Intensa Mente, una película de Pixar sigue de cerca cómo funciona la mente de una niña pequeña y las de su familia.
A mí no me van ese tipo de pelis, pero Steven Novella la vio y aprovecha la ocasión para aclarar conceptos de neurociencia:
El centro de mando
[…] En la película los escritores utilizan la metáfora de un centro de mando con un panel de control. Para un recién nacido el panel de control es un botón. A medida que las personas maduran el panel se vuelve más elaborado, con más pomos y palancas. El panel de control es operado por diferentes emociones. Me gusta la metáfora de una emoción específica estando “en control”.
El panel de control de propio, sin embargo, no es una buena metáfora (y de nuevo, en este momento estoy hablando de exactitud neurológica, no de las exigencias del guión y de una película entretenida). No parece haber ningún equivalente de un centro de mando o panel de control en nuestros cerebros. No hay un “asiento de la conciencia” o “espacio de trabajo global”. Más bien, la conciencia parece estar altamente distribuida, con cada parte del cerebro contribuyendo con su parte.
Lo más parecido que tenemos a un “centro de mando” en nuestro cerebro es el lóbulo frontal que proporcionan la función ejecutiva. Estas redes frontales nos permiten inhibir nuestro comportamiento, planear estratégicamente nuestras acciones y metas, y actuar en función de nuestros propios intereses a largo plazo. Las emociones no residen aquí. Viven en el sistema límbico profundo (y más primitivo).
Si yo estuviera diseñando una metáfora tierna como para la función cerebral como la de Intensa Mente, habría varios “páneles de control” distribuidos. Habría un comité estridente en el que todos clamarían simultáneamente por el control. En el piso inferior estarían las emociones, y junto a ellas los conductores básicos como el hambre. En la cubierta superior habría diversos aspectos de la función ejecutiva y las funciones cognitivas superiores. Estos elementos podrían estar en conflicto frecuente, a veces ganarían las emociones, en otras ocasiones la función ejecutiva tendría el control, o por lo menos matizaría las emociones.
Cuando diferentes metáforas cerebrales están en fuerte conflicto entonces el entorno podría volverse rojo con la disonancia cognitiva. Tal vez la función ejecutiva, como un monarca atormentado que tiene poco control sobre sus barones rebeldes, tiene un asesor resbaladizo susurrando en su oído (piensen en Grima Lengua de Serpiente de ESDLA, o un abogado corporativo asesorando a su cliente.) Lengua de Serpiente es la voz de la racionalización, diciéndole a la función ejecutiva cómo hacer que la disonancia cognitiva desaparezca acomodando las emociones.
La función ejecutiva estuvo completamente ausente de la metáfora de Intensa Mente, y en cambio las emociones tenían acceso directo al control de nivel superior. Esta podría haber sido una mejor metáfora para un reptil que para un primate.
Personalidad
En la película, la personalidad era establecida por los recuerdos básicos específicos y representada por “islas”. Por ejemplo, el personaje tenía una memoria central de hacer su primer gol en hockey, estableciendo la “isla de hockey” como un fuerte aspecto de su personalidad. Esta metáfora fue impulsada completamente por la trama, y no tiene análogo real en la neurociencia. Sin embargo, vale la pena mencionarla ya que se basa en la suposición de la “tabla rasa” — la idea de que las personas nacemos esencialmente en blanco y que nuestras personalidades son elaboradas totalmente por nuestras experiencias.
Este es un concepto anticuado. Dentro de la neurociencia generalmente se reconoce que la personalidad es fuertemente genética y está profundamente codificada en el cerebro. Obviamente, no existe una “naturaleza” o “crianza” absoluta y la función cerebral siempre es una compleja combinación de factores inherentes y aprendidos. El cerebro es un órgano que se desarrolló específicamente para interactuar y adaptarse al entorno. También muestra plasticidad, lo que significa que puede cambiar lentamente su cableado con el tiempo basándose en el uso y la experiencia.
Sin embargo, los rasgos básicos de la personalidad parecen ser muy estables y resistentes al cambio. También parecen estar más determinados por la genética que por los recuerdos.
Por lo tanto, una mejor metáfora para la personalidad podría haber sido la arquitectura de las estructuras y los “edificios” metafóricos en el cerebro. El diseño, la funcionalidad, la decoración, la condición, el orden y el estado de ánimo del entorno podrían transmitir la personalidad, y también ser estables, pero capaces de cambiar lentamente con el tiempo. Otra forma de representar la personalidad podría ser el tamaño y el dominio de las diversas emociones. Una persona enojada, por ejemplo, podría haber tenido una gran emoción descomunal de “ira”, dominando las otras emociones, e incluso intimidando la función ejecutiva.
Las memorias básicas y las islas en la película son una mejor metáfora para la cultura y la ideología, que se encuentra en la parte superior de la personalidad. La cultura y la ideología se aprenden, y pueden experimentar una crisis que provoque que algunos aspectos colapsen. También cambian y evolucionan con el tiempo más similar a las islas en la película.
Recuerdos
La memoria fue manejada de una manera predecible en la película, con algunos aspectos buenos y malos. Me gustó que los recuerdos se formen y se tiñan con emociones específicas. También me gusta que los recuerdos se consolidaran con el almacenamiento a largo plazo durante el sueño. Los recuerdos también se desvanecían con el tiempo y los recuerdos muy desteñidos finalmente eran desechados. Una de las partes más divertidas de la película fue el recuerdo de un jingle comercial, que reaparecía en el comando central en momentos aleatorios.
De otra parte, las metáforas de memoria realmente no funcionaron. Cada recuerdo era un pequeño globo de cristal, como si fuera una cosa discreta. En realidad los recuerdos están altamente interconectados. También son muy maleables. En la película un recuerdo específico podía ser reproducido con absoluta fidelidad.
En lugar de globos yo habría usado algo mucho más transitorio y cambiante, como burbujas. Las burbujas se vinculan a otras burbujas, se fusionan, cambian, y también se modifican al tratar de acceder a ellas. Los recuerdos no deberían haber sido duros objetos sólidos, sino cosas vivientes cambiantes interconectadas.
Miscelánea
Un momento divertido en la película es cuando una caja de opiniones y otra caja de hechos se derraman y terminan todos mezclados. Uno de los personajes dice que no hay que preocuparse, que sólo hay que ponerlos de nuevo todos revueltos, que sucede todo el tiempo. Ciertamente.
Conclusión
Me encantó la película. Fue muy agradable, y la recomiendo encarecidamente. Si tienen niños la película es especialmente dulce (que suele ser el caso con Pixar).
Como metáfora de la función cerebral, la película fue muy problemática. Sobre todo la exactitud fue sacrificada por la trama y para mantener la película sencilla y entretenida. Sin embargo, es un experimento mental muy interesante — cómo diseñar una metáfora que refleje con precisión la función cerebral de acuerdo con nuestro mejor conocimiento actual. Yo espero que la película motive a la gente a pensar en la función cerebral, pero me temo que aumentará algunas malas metáforas cerebrales en la conciencia pública.
(imagen: Disney Wikia)