En abril, la alcaldía de Santa Marta ofreció un concierto del cantante Funky, un reggaetonero cristiano (!).
Como Colombia es un Estado laico, los ateos de la ciudad interpusieron dos derechos de petición, uno ante la Contraloría —que respondió abriendo una investigación— y otro ante la propia Alcaldía.
Ahora conocemos la respuesta de la Alcaldía que, como de costumbre, deja mucho que desear:
[E]l concierto realizado por el cantante de nacionalidad puertorriqueña; Funky, fue una donación que el mismo artista le concedió al Distrito de Santa Marta.
De igual manera, y en aras de darle respuesta al punto SEGUNDO (2), de su respetuosa petición; se puede manifestar que no se invirtieron dineros públicos para el evento reseñado; ya que como se manifestó en líneas anteriores el mismo se dio por la donación que el cantante Funky le brindo al Distrito de Santa Marta, en aras de incentivar en el mencionado evento la cultura ciudadana y la integración juvenil.
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Es importante recordar que el concierto del cantante puertorriqueño Funky; se dio con el objetivo de promover la cultura ciudadana y la integración de la juventud samaria; para generar conciencia de la importancia de una sana convivencia entre todos […]
Es curioso, porque al momento del concierto, la página de la Alcaldía contó una historia completamente diferente:
[…] escenario propicio para lograr la integración de los jóvenes, la promoción del mensaje de Dios y el acercamiento entre la familia, alrededor del mensaje de Jesucristo.
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[…] escenario deportivo escogido por la administración distrital para brindar en forma gratuita este concierto por la integración juvenil y la cultura ciudadana.
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[…] Agradezco la invitación hecha por la Alcaldía
O sea, la Alcaldía invitó a Funky, escogió el escenario deportivo e hizo un evento promocionando el mensaje de dios y de Jesucristo — todo lo contrario a lo que respondieron. (¿Cómo es que anunciar el mensaje de Jesucristo en la página de la Alcaldía no es destinar recursos públicos para el evento? ¿Cómo escogieron el escenario deportivo, con telepatía, sin gestión de capital humano y recursos?)
Puede que me equivoque, pero creo que mentir no sólo está prohibido en los mandamientos, sino que hacerlo en un documento público —como la respuesta a un derecho de petición— es un delito. Ojalá los ateos samarios se acerquen a la Fiscalía, para que investigue y encuentre las presuntas responsabilidades criminales a las que habría lugar.
(imagen: Alcaldía de Santa Marta)