¿Careces de trabajo, empatía y muchas neuronas? Pues estás de suerte, porque Arabia Saudita acaba de abrir puestos de trabajo para ocho verdugos.
El New York Times amplía la noticia:
Los ocho puestos, como se anuncian en la página web del ministerio de Administración Pública, no requieren habilidades específicas o formación académica para “llevar a cabo la sentencia de muerte de acuerdo con la sharía islámica después de ser ordenada por un fallo judicial”. Pero dada la macabra naturaleza del trabajo, la escasez de espadachines cualificados en algunas regiones del país y un aumento en la frecuencia de las ejecuciones, los candidatos podrían enfrentarse a una gran carga de trabajo.
El sistema de justicia de Arabia Saudita castiga el tráfico de drogas, el contrabando de armas, y el asesinato y otros crímenes violentos con la muerte, generalmente por decapitación en una plaza pública.
Aunque la ley también ordena que en algunos casos les corten las manos a los ladrones, ese castigo rara vez se lleva a cabo porque los jueces consideran que es de mal gusto, según abogados saudíes.
¡Claro, porque ver que alguien pierda la mano es mucho peor que ver que les corten la cabeza! Ajá.
Sé que algunos lectores no comparten mi total rechazo a la pena de muerte; tal vez ellos quieran preguntarse cómo terminaron del mismo lado que el régimen saudí.
(imagen: The Executioner via photopin (license))