Hace un mes el Concejo de Bogotá aprobó Bogotá Gospel.
Ahora, el concierto fue avalado por la administración distrital:
El alcalde Gustavo Petro dio aval al proyecto de acuerdo aprobado por el Concejo con el que se pretende convertir a ese concierto en una práctica artística y cultural.
La concejal-pastora Clara Sandoval disfrazó esta atrocidad de democracia:
La cabildante explicó que Bogotá Gospel es la representación artística de las más de 1.350 bandas que conforman la escena musical local y a su vez, se ha convertido en la plataforma para que muchos artistas internacionales vean a Colombia como una nación de principios, valores y excelencia.
Lo que la cabildante no explicó es que los conciertos también pueden organizarse de manera privada y que para participar en los conciertos de Gospel, las bandas deben ser aprobadas por los pastores de las iglesias dominantes (en otras palabras, que su homofobia, machismo y odio por las libertades individuales sea lo suficientemente intolerante).
Y claro, Sandoval evitó mencionar que Colombia es un Estado laico, por lo que su concierto es inconstitucional — pero no es que yo espere honestidad de los hampones. Sólo alguien que consigue sus objetivos mintiendo y desperdiciando los recursos públicos para promover su superstición podría considerar que esto es un reflejo de valores.
(imagen: Sebastián Ospina)