Este es el último grito de la moda en en el hospital Pablo VI Bosa de Bogotá — los “partos ‘humanizados’“:
En el marco de la Política de Humanización, el Hospital Pablo VI Bosa I Nivel ESE, ha desarrollo una serie de estrategias que favorecen y fortalecen la adecuada comunicación médico-paciente y una atención cálida y amable con el usuario y su familia.
Durante este mes se han venido realizando varias sesiones de entrenamiento en yoga y otras disciplinas de relajación a las profesionales de enfermería, para ser replicadas a las gestantes en los cursos de preparación para la maternidad y paternidad responsable realizados en cada uno de los territorios saludables de nuestra Localidad, reforzando así la práctica segura “Binomio Madre-Hijo(a)”
De esta manera, Fortalecemos la estrategia de parto humanizado, donde una de nuestra población prioridad son las gestantes, quienes además cuentan con un seguimiento y apoyo permanente por parte de los profesionales de la institución en todo su proceso de gestación.
¿Acaso cambió de significado la palabra “hospital”? Porque, la última vez que revisé, estos se encargaban de proporcionarle la mejor atención en salud a su población prioridad.
La mejor evidencia disponible señala que cualquier beneficio que pudiera aportar el yoga se puede obtener practicando cualquier otro tipo de ejercicio, mientras que sus riesgos son elevados ya que, a menudo, el yoga involucra poses que impulsan al practicante a los extremos — si esta no es una práctica muy humanitaria para una persona común y corriente, dudo que lo sea para una gestante.
Para mí que con la anestesia epidural los partos ya eran más que suficientemente humanizados. ¿Realmente teníamos que poner en riesgo las vidas de las madres (y sus respectivos embarazos) con esta moda New Age? ¿Qué tiene eso de humanitario?
(vía Kim Infante)