La Silla Vacía tiene un artículo detallado sobre Martin Stendal.
En resumen:
Un tipo que vive de promulgar creencias irracionales de marca cristiana como ‘aporte’ para terminar el ya de por sí irracional y absurdo conflicto armado colombiano. Como si meterle más pensamiento mágico a un conflicto con psicópatas que no necesitan demasiados incentivos para meterle una bala en la cabeza a alguien más no fuera una receta para el desastre.
El caso es que la receta no ha sido un desastre para Stendal, a quien el conflicto le ha garantizado un muy buen vivir. De lo que cuenta La Silla Vacía se puede inferir que la tajada de Stendal del conflicto no ha sido para nada despreciable. Así, recapitulando rápidamente:
• Stendal vive en Rosales (uno de los barrios más exclusivos, si no el más, de Bogotá).
• Su ‘humilde’ morada de Rosales cuenta con un estudio de grabación incorporado. (Calcule usted lo que cuesta.)
• En los 30 años en los que ha estado adicionándole el concepto más destructivo y genocida que la mente humana pueda concebir al fenómeno más desgarrador de la historia de Colombia, Stendal ha armado una gran red de contactos entre terroristas y políticos de todos los colores, hasta el punto en que se da el lujo de viajar al lugar donde el gobierno colombiano negocia con las Farc sin pedirle permiso al gobierno colombiano… lo que —presuntamente— es un delito, pero no parece que a nadie le importe. (Eyy, todo sea por la paz, ¿cierto?)
• Ingentes recursos públicos se han despilfarrado en la cruzada cristiana de Stendal, quien le ofrece Biblias a la población vulnerable por el conflicto y a los soldados (cuyo trabajo es defender a la población civil en vez de estar aceptando fábulas de serpientes parlantes y mujeres-costilla).
Como ya mencionamos, los misioneros predan de los más débiles, aprovechándose de sus más básicas necesidades para ofrecer una luz al final del túnel, luz condicionada, claro, a que se conviertan a una de las ideologías más cavernarias que el ser humano ha tenido la desgracia de conocer. Es como enviar Biblias a Corea del Norte o Haití.
Pero supongo que vivir de predicarle a quien está bien alimentado, tiene suficientes elementos de juicio, una educación medianamente decente y carece de vacíos emocionales que llenar simplemente no es tan fácil que aprovecharse de entes que se aferrarán a lo que sea siempre que signifique una ligera mejoría o comer menos mierda.
¡Y lo llaman ayudar! Pues no, hacer negocio con el sufrimiento de millones de personas y conseguir recursos públicos para financiar su marca personal y su religión, violando impunemente el Estado laico no es ayudar. Meterle religión a un conflicto armado es como rociar gasolina en un incendio — los derramamientos de sangre en Israel-Palestina, India-Pakistán, Irlanda, Sri Lanka y los Balcanes han sido peores gracias a la religión.
No sé si Stendal habrá cometido los delitos por los cuales lo investiga la Fiscalía — eso le corresponde determinarlo a un juez y hasta que no se demuestre lo contrario, Stendal sigue siendo inocente de esos cargos, lo que no cambia el cuestionable carácter ético de su negocio.
(imagen: D-Day Cemetery in Normandie via photopin (license))