La semana pasada supimos que Raif Badawi sería condenado a pena de muerte.
Ahora resulta que Arabia Saudita está molesta con la ‘interferencia’ extranjera:
Arabia Saudita expresa su firme sorpresa y consternación de lo que se dice en algunos medios de comunicación sobre el tema del ciudadano/Raif Mohammed Badawi y el veredicto en su contra. Y mientras que el Reino lamenta los ataques de estos medios contra el Reino y su Poder Judicial, destaca al mismo tiempo que no acepta ninguna forma de injerencia en sus asuntos internos, y rechaza la intromisión en su derecho soberano o el comprometimiento de la independencia e integridad de su sistema judicial, donde no hay poder sobre los jueces en sus sentencias. El Reino también hace hincapié en que todos los procesos judiciales se manejan sin distinción ni excepción. La fuente también añadió que el Reino no acepta en absoluto ningún ataque en su contra en nombre de los derechos humanos, sobre todo cuando su constitución se basa en la ley islámica, que garantiza los derechos de las personas y los de conservar su sangre, dinero, honor y dignidad.
Arabia Saudita fue uno de los primeros países que apoyaron los derechos humanos y respeta todos los convenios internacionales de conformidad con la sharía islámica. Sin embargo, y a pesar de estos esfuerzos visibles obvios, algunos organismos internacionales y algunos medios de comunicación por desgracia vaciaron los derechos humanos de sus altas implicaciones, y derivaron en el intento de politizar y explotarlos en la infracción y ataque a los derechos soberanos de los Estados, de acuerdo con estándares que sólo pueden ser descrito como selectivos y duplicados para servir objetivos políticos; y esto es algo que el Reino no permite ni acepta en absoluto.
Respetar los derechos humanos y convenios internacionales “de conformidad con la sharía islámica” es un poco como no golpear a la esposa… sólo cuando el marido considere que se lo merece.
Esa es la cosa con las teocracias y monarquías absolutas: son incompatibles con los DDHH.