Muchas veces he querido escribir sobre lo que ocurre al interior de la mente del conspiranóico (yo fui uno), pero siempre supongo que será un post larguísimo y no quiero eso, sino transmitir la idea en la menor cantidad posible de palabras.
Ahora, Jesús M. Pérez hizo eso, así que lo cito:
Últimamente me genera menos enfado encontrarme a alguien que defiende que Al Qaeda o el Estado Islámico fueron creados por la CIA o alguien que sostiene que los atentados yihadistas de París del mes pasado fueron obra del Mossad. Ahora me dedico a prestar atención al contexto y la forma en la que persona lo dice. Porque hay patrones de conducta claros. Todos hablan con una enorme arrogancia y condescendencia, elaborando un discurso desde la idea que ellos están por encima de la masa de borregos que consumen medios de masas y de que han descifrado las claves ocultas de la realidad que los servicios secretos más poderosos manipularon. El discurso conspiranoico empodera a la persona y le hace sentirse único y especial. Como en el caso de los OVNIs, sospecho que tratar de buscar un orden oculto al mundo forma parte de un ritual de paso de la adolescencia. Abundan los blogs de diseño abigarrado, con fondo negro y una barra lateral llenas de enlaces, banners y widgets, donde el caos gráfico es un reflejo del orden mental del autor. “¡Vivimos en Matrix!“.
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[I]maginar que todo es en realidad es el producto de una conspiración de los servicios secretos nos lleva a la promesa de que tarde o temprano se sabrá la verdad y volveremos a una era de paz y tranquilidad. Las teorías conspirativas en el fondo nos dicen que el terrorismo es una anomalía y que el orden real de las cosas es otro.
No es casualidad que Russia Today en español hable de OVNIs, que Cristina Fernández de Kirchner dijera que los atentados de París fueron la antesala de la muerte del fiscal Nisman o que una web francesa dirigida y financiada desde Oriente Medio como Voltairenet hable todo el tiempo de atentados de falsa bandera organizados por la CIA o el Mossad.
(Imagen —a mí me pareció irónica esta fuente—: Thrive Movie Sucks (watch “ZEITGEIST – MOVING FORWARD”) via photopin (license))