En el 2014 murieron cuatro niñas por mutilación genital femenina.
Según reporta UNFPA, Colombia es el único país de Latinoamérica en el que existe esta práctica:
Lucy Wartenberg, representante adjunta del UNFPA en Colombia, señaló a Efe que este país es el único de América Latina del que hay evidencia de que existen practicas similares a las de Oriente Medio y África, aunque recientemente han tenido información, aun sin confirmar, de que también se dan entre los embera de Panamá.
También tienen información de que hay casos de mutilación genital femenina en comunidades de afrodescendientes de la zona del Pacífico, en el oeste de Colombia.
Se desconoce cuándo se empezó a mutilar a las niñas embera y si es una práctica propia de ese pueblo o si la “aprendieron” de los africanos llegados a América como esclavos.
Wartenberg dice que en cualquier caso los embera la consideran parte de su cultura, aunque es “un tema privado que no se ventila”. “Lo hacen con la convicción de que ayuda a que las mujeres sean más fieles a su marido. Dicen que no quieren que las mujeres sean ‘saltonas’, de hombre en hombre“, señala Wartenberg.
Es algo entre la partera y la madre, de lo que los padres de las niñas y los hombres en general no se suelen enterar, algo que confirma el dirigente embera Alberto Wuazorna, consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
Habrá quienes crean que “es su cultura” y que proteger los derechos humanos de las indígenas es un acto imperialista, o racista (?).
Por cierto, suelen ser los mismos que hablan de ‘sabiduría’ y los ‘saberes’ de los indígenas. ¿Podrían explicarme dónde está la ‘sabiduría’ de esta práctica? ¿En qué ‘saber’ se basan los embera?
Porque las mujeres que han sido sometidas a esta salvaje práctica también tienen la posibilidad de alcanzar un orgasmo — va siendo hora de que las tradiciones basadas en creencias irracionales no sean patente de corso para violar derechos humanos.
(vía Luis A. Molina | Imagen: Embera indians via photopin (license))