Al parecer, Gustavo Colorado Grisales fue a una charla de una supuesta asociación atea en Cali y no le gustó:
En su vehemencia, el expositor no dudaba en tildar a los creyentes de infantiles, supersticiosos, ingenuos y hasta estúpidos, según concluyó en medio de una salva de aplausos. Esa falta de respeto ante las creencias y opiniones ajenas me llenó de dudas acerca de la naturaleza y motivaciones de una cosmovisión que se dice fundada en la razón y el pensamiento libre.
Aquí, Colorado cae en un error de categoría: que las creencias sean irracionales no convierte a los creyentes en idiotas. Este es el subterfugio retórico en el que se escudaron los apologistas del terrorismo para justificar la masacre de Charlie Hebdo, diciendo que las víctimas eran racistas por criticar al islam, a pesar de que el islam no es una raza.
Al parecer la idea más sencilla del mundo se le escapa hasta a un ganador de un premio nacional de periodismo: se respeta a las personas, no las ideas. (Si Colorado no está de acuerdo, aceptaré su disculpa en la sección de comentarios, pues irrespetó mi idea sobre ateísmo… digo, por aquello de la coherencia.)
Ideas como la de una mujer-costilla, o la de una serpiente parlante, o de ballenas que comen hombres son ridículas.
Ah, de modo que los ateos operan al modo de cualquier congregación religiosa, pensé. Tienen un sumo sacerdote, unos acólitos, una ortodoxia, unos feligreses y hasta un infierno al que van a parar todos los no creyentes en su doctrina. En lugar de una biblia o un texto sagrado se remiten todo el tiempo al pensamiento y la obra de autores sacralizados como Voltaire, Diderot o Karl Marx, este último fundador de una singular religión en la que la sociedad comunista hace las veces de paraíso terrenal.
Bonito hombre de paja: caricaturizar lo que dijo otro para no afrontar sus argumentos, sino la tergiversación reducida al absurdo.
Es particularmente chistoso porque después de pintar a todos los asistentes como imbéciles, el señor Colorado concluye que el ateísmo es una religión más, que es como decir que apagado es un canal de televisión o que calvo es un color de pelo. Pero no, ahora resulta que el ateísmo, la completa ausencia de religión, es una religión (?).
Y Karl Marx fue ateo; tiene todo el sentido del mundo mencionarlo en una charla relacionada con el ateísmo. ¿Acaso es culpa suya que sus seguidores hayan hecho del comunismo una religión de estado? ¿Cómo es que eso anularía su ateísmo?
No es culpa de Marx y eso no anularía su ateísmo, pero era mención casi que obligada para la conclusión a la que probablemente Colorado quería llegar incluso antes de asistir a la conferencia:
Pero, eso sí, de lo escuchado durante noventa minutos saqué una conclusión: los ateos creen tanto en Dios que pueden pasarse la vida entera peleando con él. Tanto, que llegan incluso a formar asociaciones para conseguir su propósito.
Y los feministas creen tanto en el machismo que pasan la vida luchando con él e incluso forman asociaciones para conseguir su propósito.
Pues no, las asociaciones ateas no son para pelear con amigos imaginarios ajenos. Son para contrarrestar las injusticias que esas creencias generan, porque resulta que los líderes religiosos no se contentan con mentirle a sus rebaños, sino que tienen la desagradable manía de querer imponer sus creencias en la política pública, lo que vulnera a las minorías religiosas y no-religiosas.
Como cualquier otro grupo interesado en defender sus derechos, los ateos creamos entidades con personería jurídica para hacer valer los nuestros. Son asociaciones de derechos humanos, tal como Women’s Link Worldwide, Amnistía Internacional o Human Rights Watch. ¿Ellos se vuelven religiones por dar charlas en las que el expositor es aplaudido?
Que el nombre refiera al ateísmo es para que los demás ateos sepan que hay quienes velamos por los derechos de todos. Históricamente los ateos hemos sido la minoría más perseguida y somos los más afectados cuando se viola el laicismo estatal, ya sea con Te Deums católicos o desperdiciando dinero de los contribuyentes en rituales indígenas. A nadie le parece raro que una organización feminista tenga la palabra “mujeres” en su nombre, porque defienden sus derechos.
Eso hacemos los demócratas cuando vulneran nuestros derechos — nos reunimos y nos hacemos respetar recurriendo a todas las herramientas jurídicas y legales puestas a nuestro alcance.
Mientras que según Colorado cualquier grupo humano con un expositor aplaudido deviene en religión, él nos acusa a nosotros de estrechez mental. Ohh, la ironía quema.
El caso es que para el escritor, cuando decimos que la historia del zombie judío es absurda, estamos impidiendo que los demás decidan creérselo (??) y llenar el vacío emocional que tengan. Ahh, y también somos enemigos de la poesía por rechazar la pseudociencia y a los estafadores. Mejor dicho, exigir evidencia para que no nos engañen equivale a una lobotomía. ¡Mira por dónde!
Pero resulta que lo que se puede afirmar sin evidencia se puede descartar sin evidencia, por incómodo que esto le resulte a los traficantes de miedo. Nosotros no vamos a traicionar el concepto de conocimiento por miedo a parecer culturalmente insensibles, aunque el señor Colorado es libre de unirse a las filas de Boko Haram si le place.
Que le aproveche; ojalá las poesías inspiradas en Mahoma y su genocida legado le gusten más que un repaso histórico de los personajes —reales— que han hecho posible denunciar los excesos religiosos hoy en día.
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**Actualización: Mi amigo Alejandro escribió su propia respuesta a Colorado, y hace otros puntos que yo podría haberme dejado por fuera. Recomiendo su lectura.
**Actualización 2: Inicialmente pensé que la charla fue de la Asociación de Ateos de Cali (AAC). Mis amigos de la AAC niegan que haya ningún Abraham en la Asociación —ese es el nombre que según Colorado tenía el expositor—. La última conferencia de la AAC fue en octubre del 2014 y versó sobre sismos y el comportamiento interno de la Tierra.
**Actualización 3: La Asociación de Ateos de Cali ha publicado un comunicado en el que niegan haber hecho la conferencia mencionada por Colorado.
**Actualización 4: El artículo de Colorado inspiró que el Pequeño Hereje nos regalara su Manual del buen ateo.