Ya quiero cerrar el episodio de Charlie Hebdo o, al menos tomar un descanso, pero siguen ocurriendo eventos relacionados que son dignos de comentar y señalar.
Por ejemplo, Francia propuso cerrar las páginas apologistas del terrorismo:
Francia ha elaborado una propuesta enviada a la Comisión Europea el 8 de enero para bloquear sitios web en menos de 24 horas en todos los países de la Unión Europea, sin intervención de un juez, con el objetivo de “proteger a ciudadanos europeos del terrorismo e imágenes de pornografía infantil”.
De aprobarse, el decreto definiría un procedimiento en el cual se quitaría el acceso a sitios web que aprueban actos de terrorismo por medio de una lista elaborada por los ministerios de Interior de cada país enviada a los proveedores de acceso a internet, los cuales tienen un plazo de 24 horas para consentir.
…
Esta propuesta sería prácticamente igual a la que Francia ya aplica dentro de su territorio como intento de combatir el reclutamiento a jóvenes yihadistas por medio de webs extremistas con apología al terrorismo.
…
Nuevamente surgen temores de que se use esta medida pan-europea para censurar webs al no intervenir un juez en la decisión, al no saber exactamente quiénes son las personas que elaboran esa lista, que por decreto sería confidencial, dándole un nuevo poder de censura al poder ejecutivo de los países de la Unión Europea que unilateralmente podrían incluir en esa lista webs contrarias a sus intereses.
Además de los excesos estatales, la iniciativa es una mala idea por otras dos razones, por lo menos.
La primera es que el discurso del odio debe ser permitido.
La segunda es que las webs apologistas del terrorismo ofrecen oportunidades de rastreo, detección y prevención del terrorismo a las que se renunciaría… lo que no quiere decir que los terroristas vayan a renunciar a sus respectivas agendas — encontrarán otras formas de comunicarse y los gobiernos perderán la principal ventaja de que el discurso del odio sea expresado de manera pública en la era de Internet.